Medio año después de la más gloriosa tarde en la historia del futbol mexicano, varios de esos jugadores que se bañaron en oro confiesan su insaciable hambre de triunfo.

Pretenden darse otro banquete en la más exclusiva de las fiestas, esa que se celebrará el verano del próximo año en tierras brasileñas.

Hoy se cumplen seis meses de la ascensión tricolor al olimpo, dulce historia que les gustaría repetir en la Copa del Mundo.

“Los límites te los pones tú mismo en la cabeza”, sentencia Diego Reyes, zaguero de aquella Selección Sub-23 y parte del actual equipo mayor. “No hay que parar de soñar, de ilusionarse y, trabajando fuerte, con mucha constancia, perseverancia, humildad, creo que podemos lograr cosas importantes para México”.

Se trata de una generación distinta, la que rompió los grilletes mentales que apresaban al futbolista mexicano. Más allá de los títulos mundiales Sub-17 en 2005 y 2011, el grupo dirigido por Luis Fernando Tena representa la muestra de que humedecerse los labios con el néctar del éxito no es simple utopía.

La calidad y temple que les distinguen abrieron las puertas del Tricolor estelar. Además de los refuerzos mayores de 23 años de edad (José de Jesús Corona, Carlos Salcido y Oribe Peralta), así como Giovani dos Santos, quienes ya eran constantes en las listas de José Manuel de la Torre, otros siete chicos de ese combinado han sido llamados en 2013.

Incluso, Héctor Herrera acompañó a Salcido en la contención, ante Jamaica, tal como sucedió en varios partidos de Londres 2012. Reyes, Javier Aquino, Marco Fabián, Dárvin Chávez, Hiram Mier y Raúl Jiménez también están en la órbita del Chepo.

“Hay que tratar de trabajar de la misma manera que lo hacíamos en la Sub-23: siempre fuerte, con la mentalidad y objetivos bien claros”, aconseja Aquino. “Claro que se puede [lograr algo similar con la mayor]… Todo depende de nosotros”.

Intimidarse ante los retos no va con ellos. Y la filosofía se contagia.

“Estamos para eso y más”, advierte Jiménez. “Todos estamos con la mentalidad de salir a ganar en cada partido y en cualquier torneo. Si es el Mundial, también”.

“Son chavos con una gran mentalidad, para los que ganar es costumbre”, agrega Salcido. “Es muy bonito disfrutar cosas maravillosas que pasaron el año anterior”.

“Hay que aprovechar el momento que México está viviendo, a nivel Selecciones, y seguir así”.

Demostrar que subir a lo más alto del podio británico sólo fue el detonante de una época exitosa.

“Tenemos jugadores con mucha calidad y, aunque vamos poco a poco, es cierto que lo sucedido en Londres motiva a todos”, comparte Dos Santos. “Ahora hay que enfocarnos en la mayor, hacer una buena eliminatoria y más adelante pensar en lo que será el Mundial”.

Objetivo que ya está en la mente, porque —seis meses después—, el hambre de gloria no quedó saciada, ni con la medalla de oro que hoy cuelga de su pecho.