Ahora qué fue lo que falló en Pumas. Carrillo ya no está y jugaron los refuerzos, en el papel, los universitarios tenían todo para salir triunfantes de Chiapas; sin embargo, con una derrota ante Jaguares (3-0) terminaron escribiendo una página más en el libro de la vergüenza que se han dedicado a hacer desde que llegó la nueva directiva.

Y es que a pesar de que tras el cese de ‘Capelo’, García Aspe aseguró no tener pena ante los acontecimientos, la realidad es que el equipo sigue arrastrando la grandeza de la institución.

Pero la lección la dio Jaguares, un equipo hambriento, atinado y con la ambición suficiente de demostrar que ellos sí tienen la fiereza de un digno felino al que a veces no se le respeta como se debe.

Fue muy pronto en el partido cuando los del Chiapas se dispusieron a sacar las garras y con ello evidenciar las carencias auriazules cada vez son más contundentes, por eso, Edgar Andrade se despachó con la cuchara grande.

Primero, aprovechó que ningún puma se percató de donde estaba, por lo que le fue más fácil erigirse por los aires, y de cabeza marcar el primer tanto que dejó a su equipo más cerca de la tan ansiada Liguilla.

Pero el juvenil tenía hambre y ganas de demostrar que la garra de los de Chiapas está por mucho, más afilada que la de los del Pedregal, y lo hizo.

Justo cinco minutos después de su primer tanto, cuando el reloj marcaba el 20, Andrade repitió la historia. Tras una triángulación con Esqueda y Rodriguez, Edgar le pegó a la pelota como venía y de pierna derecha la prendió, y la metió al marco del Pikolín portero, quien al igual que sus compañeros sólo quedaron como observadores.

A los Pumas ya sólo les quedaba pelear por su dignidad, pues la Liguilla estaba cada vez más lejos. Mientras, el técnico interino Antonio Torres Servín fue a Tuxtla a ‘pasar a la historia’ y demostrar que aunque no marcaron diferencia, sí se podía jugar con los cuatro refuerzos.

Entonces, antes de terminar la primera parte, Luis Gabriel Rey decidió colaborar para seguir dejando en vergüenza a uno de los grandes de la Liga. El colombiano quedó en complicidad con Córdoba y Andrade, y mandó la pelota al fondo, ocasionando que el puma quedara más indefenso que nunca.

 

Pumas ya no pudo hace nada, ni sus ‘cuatro fantásticos’ disfrazados de refuerzos, ni los viejos conocidos, lograron remediar la situación, por lo que tuvieron que tragarse el coraje y hacerse a la idea de que, otra vez, Universidad se quedó sin Liguilla.

Y mientras los jugadores son el reflejo de lo que ocurre en el entorno, su directiva guarda silencio ante la situación, pues tras un plantel frustrado y molesto, Jorge Borja y Alberto García Aspe (presidente y vicepresidente sucesivamente), salieron del Estadio Víctor Manuel ignorando la situación y evitando que su gente siga sin recibir la explicación que merece ante el fracaso de su equipo.