Rayados volvió a dejar escapar otros dos puntos en casa, de último momentoCruz Azul le arrancó el empate a los pupilos de Antonio Mohamed, que deberán de volver a recuperar como visitantes las unidades que se les fueron en el BBVA y toca el turno de ir a Aguascalientes.

Si hay algún jugador en la memoria de ambas aficiones de la Sultana y tierras hidrocálidas, que haya defendido con orgullo y pasión los colores del Monterrey y Necaxa, no hay que buscar mucho, ese es el ya retirado Luis Ernesto Pérez Gómez.

Lucho nació futbolísticamente en el conjunto rojiblanco, donde militó desde la filial de Truenos de Cuautitlán hasta que llegó su oportunidad con el primer equipo en el Invierno de 1999, donde once juegos fueron suficientes para ganarse un lugar en el cuadro inicial.

También formó parte del Necaxa que participó en el primer mundial de clubes en Brasil en el 2000, en donde el conjunto mexicano sorprendió al obtener el tercer lugar del certamen, donde el joven Luis Pérez comenzaba a ganarse su lugar al lado de figuras como Alex Aguinaga, Agustín Delgado, Nacho Ambriz, Sergio Almaguer y Cristian Montecinos.

Cuando Lucho se perfilaba para tomar la estafeta como jugador franquicia de los Rayos, que ocupaba entonces Aguinaga, se anunció su traspaso al Monterrey en diciembre del 2002 con apenas 21 años, llegó a la Sultana del norte con la Pandilla bajo las órdenes de Daniel Passarella.

Fue en Rayados que Luis Pérez logró la consolidación de su carrera, fue campeón en su primer torneo con los albiazules en el Clausura 2003 y uno de los únicos dos tricampeones de Liga en la historia del club junto con Jesús Arellano, pues ambos ganaron también los títulos del Apertura 2009 y Apertura 2010, además de que también participó en la obtención de la Concachampions del 2011 frente al Real Salt Lake.

Tras un breve paso por Chivas, Querétaro y Jaguares, así como un año sin equipo, Lucho volvió al Monterrey en el Apertura 2015, donde aceptó su rol como jugador de relevo y se enfocó más en colaborar en tener un buen ambiente grupal, hasta su retiro en el Apertura 2016 luego de 385 partidos jugados con la playera en azul y blanco, así como 56 anotaciones, que lo convirtieron en una leyenda viviente de la institución del Cerro de la Silla.