Apenas deja el Nido de Coapa y Gustavo Matosas presume la ‘soltería’. Dice estar dispuesto a escuchar a otras ‘novias’ que pudieran enamorarlo, pues está listo para entrenar a otro club en el próximo torneo.

La nostalgia o duelo por el América no existen en el uruguayo. Descarta guardar cualquier clase de luto por dejar su trabajo en las Águilas. Tampoco busca descanso.

Máxime cuando ya firmó el finiquito del conjunto americanista.

“Tengo el panorama abierto en donde sea. México es un país que quiero mucho, porque es bendito, voy a ver, lo pensaré”, dice el estratega.

Durante su estadía en el banquillo azulcrema, Matosas manifiesta qué “dejé de disfrutar mi trabajo”. Señala que no es sencillo tomar las riendas de uno de los equipos del futbol mexicano con más alta exigencia.

“Hubo un par de momentos que lo dejé de disfrutar, pero la alegría de haber salido campeón en ‘Concachampions’ borró todo eso”, evalúa.

“No es fácil disfrutar en el América, los técnicos vivimos de la presión y cuando no disfruté estar aquí lo manifesté”, añade.

La decisión de irse de Coapa, según Matosas, “no fue difícil”. Expresa el entrenador que a ambas partes les ha ido bien por separado, por lo que no hay razones para sufrir.

“No es difícil marcharse, pasa por tener claro lo que a uno le gusta ver de su equipo. América ha tenido éxito los últimos años y a mí no me ha ido mal por mi lado. Algunas veces la mejor manera es seguir su camino por su lado porque a los dos por separado no nos ha ido mal”, recuerda.

Y resume su paso fugaz como entrenador emplumado. “Fue un placer dirigirlo. Esperaba haberlo disfrutado más, pero no me cuestiono más. Así se dieron las cosas y las dos partes disfrutamos algunos pasajes”.

Matosas es un técnico cotizado en el mercado nacional. En el América cobraba un sueldo anual cercano a los dos millones de dólares por su etiqueta de bicampeón con el León y de crear equipos lanzados al ataque.

Esa percepción le hace inalcanzable para varios equipos. Sin embargo, cuadros sin estratega como Cruz Azul, Tijuana o Atlas pueden costear su alto y millonario salario.

Sin incomodidad con Peláez. En los entrenamientos, conferencias de prensa y viajes, la figura de Ricardo Peláez siempre estaba presente.

El presidente deportivo de los azulcrema nunca se perdía detalle de lo acontecido en el Nido.

“No me incomodaba Peláez porque me gusta cómo trabaja. Planificó bien las cosas y yo entreno lo que quiero ver en los partidos. Los cuestionamientos han sido de él hacia mí e igual, eso no me generó incomodidad”, ataja el hoy desempleado entrenador.