Al final del partido, Miguel Herrera fue a reclamar al silbante y en ese momento llegó Robin Van Persie a despedirse del nazareno. Para tratar de tener de cerca al árbitro portugués, Van Persie empujó a Herrrera, lo cual generó el malestar del técnico mexicano.

Rumbo a vestidores y antes de subir la escalera que lleva a la zona donde estaban instalados los medios con derechos a entrevistas, Miguel se detuvo para esperar a que llegara Van Persie, y ahí le reclamó el empujón, se hicieron de palabras y Herrera empujó al holandés.

En eso llegó el auxiliar, Santiago Baños, quien aventó a Van Persie y lo empezó a insultar primero en español y después en inglés. Ante los gritos, personal de FIFA reaccionó para calmar a los dos mexicanos. En ese instante llegó Robben, quien abrazó al Piojo y le pidió tranquilidad. El estratega aceptó la recomendación del zurdo y se fue a dar entrevistas, mientras que Baños permaneció en la zona esperando que regresara Van Persie, lo cual no ocurrió.