A raíz de los incidentes violentos ocurridos el sábado pasado en el estadio Jalisco, la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol actuó con rapidez, al anunciar ayer el veto de un partido a dicho inmueble, además de multar al Atlas con 5 mil días de salario mínimo (336 mil 450 pesos).

No obstante, se sancionó al Guadalajara con la prohibición de vender boletos a sus Grupos de Animación, en los partidos en que actúe como local. Asimismo, se prohíbe la venta de entradas a dichos grupos, en todos los partidos como visitante.

En ese orden, también se requiere a la institución rojiblanca que informe sobre la identidad de los integrantes del Grupo de Animación que participó activamente en la agresión contra policías. Esto, de acuerdo con el padrón de credencialización con que cuenta Chivas, con tal de que se proceda conforme a derecho contra los infractores.

Por su parte, el presidente de la Liga, Decio de María, aceptó que “nos hemos quedado cortos” en el fenómeno de la violencia en los estadios, y explicó que aunque “hemos trabajado con los clubes para controlar a los grupos de animación, no ha sido suficiente, porque aunque estas cosas nos empañan, el futbol sigue siendo algo familiar y esto, en definitiva, aleja a las familias”.

Después del ‘niño ahogado’, el dirigente dijo que “así no somos, así no se vale”, al recordar lo sucedido el sábado en el Jalisco, después del partido Atlas-Guadalajara, en el que barristas de Chivas riñeron con policías.

“Lo que se vio tiene que ser sancionado, no sólo por las reglas del futbol, sino por las leyes del estado de Jalisco y de donde se den este tipo de actos”, añadió preocupado.

“Esto apura aún más las reformas de ley que se hicieron, que hemos trabajado con la Comisión de Deporte, que están pendientes de ser aprobadas”, insistió.

También invitó a los aficionados al futbol a denunciar a quienes incurrieron en las agresiones y se mostró decidido a actuar contra quienes pongan en peligro al futbol mexicano, sin animarse a promover la desaparición de las llamadas barras bravas.

“A quienes nos gusta el futbol, decididamente no queremos esto, no puede continuar. Hay que hacer algo y alejar a quienes no compartan lo que desea la mayoría, que es pasarla bien”.

Los protocolos, aceptó, “no han sido suficientes y son de todos, de las policías, de todos”. De ahí que “lo sucedido es de una pobreza extrema, lamentable, porque ofende a quienes les gusta el futbol y a quienes no…”.