El beisbol de la Liga Mexicana es dueño de una magia que le permite renovarse año tras año para esculpir jugadas inéditas y únicas. Cada 12 meses nace a la par de las jacarandas que dan la bienvenida a la primavera y disfruta de los días brillantes del verano.

Las 108 costuras carmesí vuelven a desempolvar los parques de las 16 plazas que integran el circuito para explotar la pasión en grama y tribuna en búsqueda de la Copa Zaachila.

Con el reto de congregar a cinco millones de personas a lo largo de la temporada 2013, la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) entra en escena con el encuentro entre los Olmecas de Tabasco y los Rojos del Águila de Veracruz. La novena del puerto, campeona del año anterior, luce como uno de los conjuntos más sólidos de la Zona Sur.

Pasaron 42 años para que Veracruz volviera a paladear el sabor del éxito y en la escuadra que pilotea Pedro Meré el éxito se volvió una adicción.

Los campeones sufrieron seis bajas respecto a la plantilla del año pasado, pero han integrado a elementos de alto calibre, como Leo González, Daniel Verdugo y José Cobos.

Con el nuevo sistema de competencia, el cual permitirá que accedan a los playoffs los tres primeros equipos que dominen en el porcentaje de cada una de las dos zonas sumado a un último invitado que saldrá de un juego extra entre el cuarto y quinto lugares, la baraja de equipos para luchar por el título se amplía. En el Sur, además de Veracruz, los Tigres de Quintana Roo levantan la mano junto con los Piratas de Campeche, Olmecas de Tabasco y Leones de Yucatán.

 

En Cancún, el equipo felino contará por quinta campaña con Matías Carrillo como manager, mismo que en 2011 los llevó a consagrarse con el campeonato. Con la intención de regresar a la final de la Zona Sur, esta vez para ganarla, los Tigres presentan novedades como la de los ex ligamayoristas, Ismael Rocket Valdez, Jorge Cantú y Francisco Rodríguez, además del talento en la receptoría de Adán Amezcua.

 

En la Zona Norte dos pilotos novatos llegan a conjuntos de alto nivel. Miguel Flores, un consentido de la afición de los Sultanes, se hará cargo del equipo regiomontano que no logra un campeonato desde la temporada 2007.

En la capital del país, Miguel Ojeda llega a dirigir a los Diablos Rojos del México. El equipo con 30 temporadas consecutivas en la postemporada apostó por el histórico elemento para conseguir el título 16 en la historia. Los Pingos, junto con Monterrey, Saraperos de Saltillo y Pericos de Puebla lucen como los candidatos más fuerte en el norte, gracias a la calidad de sus peloteros.

De las caras nuevas que llegan del extranjero a la LMB sobresale Kelvim Escobar, pitcher con 12 años de trayectoria en las Grandes Ligas.