El reloj apenas marcaba las 18:30 horas, y las filas parecían interminables y es que era noche de futbol en Victoria, donde Correcaminos busca remontar un marcador que se veía fácil, pero terminó siendo imposible.

Un duelo, un partido, 90 minutos, todo estaba listo en un monumental que se tomó la molestia de inundarse el “Marte” con 17 mil 250 almas.

Los protagonistas saltaron a escena, ante la ovación de la gente, mientras que un punto rojiblanco de 35 hidrocálidos se las ve difícil en las gradas por llamar la atención ante la alineación visitante, que recibe más mentadas de madre al ser mencionada en el sonido local.

El balón rodo… y empieza el “hervidero”… pero de nervios, ante cual quiera tipo de llegadas, naranjas que por mínima que sea arranca suspiros en un estadio.

De pronto los mismos reventadores de hueso naranja, lanzan un grito de dolor y desprecio, al ver a  Víctor Lojero, abrir la herida unos centímetros más, rasgando con la daga del gol a favor de los visitantes.

Pese a esto el tiempo corrió y el “hervidero” fue bajando y bajando…

Los gritos se hacían presente “vamos cabrones” y  “si, se puede” pierden fuerza, y con ello terminan los primeros 45 minutos. 15 minutos que sirvieron para descansar la garganta y otros para calentarla.

El complemento daba luz y esperanza y es que Roberto Nurse y Eder Pacheco hacían vibrar a la afición.

Pero Daniel Cervantes corta ese pequeño hilo de esperanza que tenía Correcaminos… ahora no eran 3 si no 5 goles los que necesitaba el equipo de la UAT.

Rostros desencajados… unos ya con la resignación de un año más en la Liga de Ascenso MX.

El grupo de 35 atrevidos de Aguascalientes, abandona el inmueble con los brazos en alto, en señal de victoria, pero el Corre todavía patalea, y Pacheco arriesga su cabeza, conectando la pelota rompiendo con el hechizo de Navarrete acercándose en el marcador, y por fin las exclamaciones son a favor, a pesar de tener el tiempo en cima.

De pronto en fuerzas de flaqueza, y solo por el orgullo, José “Chava” Silva, sin nada que defender se agrega y le pone sabor al marcador 2-2, llegando tarde el “hervidero” del monumental.

El final se acerca ya, y como su nombre lo lleva, en el significado se manifiesta el contragolpe, De Phino, los terminó “tronando”, pero al final de nueva cuenta Pacheco hace el 3-3, dejando el mal sabor de boca en el global de 6 por 4.

El duelo termina en el campo, pero empieza en la mente de los aficionados, ante la confianza, decepción, ante compromiso, la falta de responsabilidad, ante un 18 de mayo, una falta de promesa, y el dolor llega por que será otro año más en la división de ascenso.