POR: ERNESTO MARTINEZ PONCE

Han transcurrido 18 años de aquel glorioso sábado 16 de abril de 1994 cuando un equipo tamaulipeco ascendió a la Primera Nacional de la desparecida segunda división, tras superar diversos obstáculos que tuvo que afrontar durante la liguilla –incluido un pleito administrativo- entre las directivas de Irapuato y Tampico-Madero por la compra del panameño René Mendieta quien era el artillero del escuadrón porteño y como en una final “todo se vale” la directiva del equipo fresero argumentó que no se había hecho efectivo la compra por el delantero panameño por lo que solicitaban la inhabilitación del futbolista.

Ante ello la directiva que encabezaba  Antonio Peláez Pier –propietario del Tampico Madero- movió cielo, mar y tierra con uno de los dos patrocinadores del equipo para conseguir liquidar el adeudo y evitar la “anulación” de Mendieta, quien se perdió el juego de “ida” y apareciendo en la “vuelta” en el “Tamaulipas”.

Otra factor fue la falta de dinero para pagar a los jugadores y cuerpo técnico por lo que se formó un maratón en donde la prensa convocó a la afición en la plaza de armas y reunieron efectivo, por cierto como respaldo artístico estuvo el otrora famoso cantante Marco Antonio Vázquez.

Metiéndonos en asuntos de la cancha, el árbitro central fue Bonifacio Núñez Vega, a quien tuve la oportunidad de recibir en el aeropuerto internacional de Tampico y llevarlo a Grupo As de Radiorama para concederme una entrevista –la única que aceptó- para invitar a los aficionados a disfrutar del partido comportándose en las gradas ya que se pretendía de una fiesta.

Pues bien al filo de las 20:45 horas saltó al engramillado enfundado en su vestimenta arbitral y a la fecha es el único silbante que fue recibido cual candidato en campaña con los gritos de “Boni”, “Boni”, “Boni”; la gente hacía lo suyo la presión  era total sobre los jugadores del Irapuato –cuya afición sigue reclamando- un penal que no marcó el silbante Núñez Vega que hubiese metido a la trinca fresera a la final y complicarle la existencia al Tampico-Madero.

Inolvidables jugadores como “Ray” Rodríguez, “Petróleos” Moreno, “Chiquilín” Cabrera, Sergio Lira, “Panameño” Mendieta, “Panchillo” Fernández, Héctor Quintero, Víctor Moreno, entre otros dirigidos por José Camacho Serratos único entrenador por cierto que le ha dado a la zona sur tamaulipeca los dos últimos ascensos a divisiones inmediatas del balompié mexicano en su historia.

Un detalle más, al dar el silbatazo final Bonifacio Núñez Vega, se dio rienda suelta al festejo por parte de los aficionados y medios de comunicación locales que tuvimos el privilegio de ser testigos de tan memorable hazaña –un servidor ha narrado ambas finales de ascenso ’93-’94 y 2001.

Cabe hacer mención que por única ocasión en la zona sur tamaulipeca –en ningún lugar donde se jugué fútbol profesional se ha hecho- Grupo As abrió desde las 23:00 horas y hasta las 06:00 de la mañana la señal en vivo por sus 7 estaciones de radio en AM y FM donde nos tocó narrar ininterrumpidamente -sólo a las doce la noche se cortó para dar paso respetuoso al himno nacional- captando a la afición como celebraba en las plazas públicas, calles, avenidas, improvisaban fiestas en casas y en la laguna del carpintero la fiesta por el ascenso.

Uufff  ¡¡enormes recuerdos!!  Y aquí le paro porque el espacio se termina, pero algo si queda claro amigos de la capital tamaulipeca, ser campeón de ascenso es definitivamente muy valioso, el sólo hecho de conquistar un torneo como ocurrió con el “Correcaminos” de nada servirá sino se consolida el ascenso al máximo circuito, y ojo amigos de ciudad Victoria en la época reciente del balompié profesional sólo Tampico-Madero ha conquistado en dos ocasiones el ascenso tanto a Primera Nacional como ha Primera “A”; bien dice Queen “somos campeones” y un servidor agrega……..NADA COMO SER CAMPEÓN.

POR HOY ES TODO, HASTA LA PROXIMA, MIENTRAS TANTO HAGA DEPORTE QUE NADA LE CUESTA.