Ricardo La Volpe encendió los ánimos. “El vende humo gusta en México”, dijo cuando se le cuestionó sobre Paco Jémez. “Que me diga a la cara lo que tenga que decirme. Eso es un acto de valentía. El sábado nos vamos los dos solitos, a un sitio donde no nos vea nadie, tranquilos y podemos arreglar nuestras diferencias como las arreglan los hombres”. Ante esto, Eduardo de la Torre, director deportivo de Cruz Azul, “no se asusta”.

El ‘Yayo’ no se le ha acercado a Jémez para calmarlo. Ni lo hará. En medio de un contexto de violencia en el futbol mexicano, en La Máquina no creen que esto pueda encender las pasiones en la tribuna.

 

¿Has notado a un técnico revolucionado en sus dichos?, ¿una de tus funciones sería apaciguarlo en ese sentido?

No, no. Un director deportivo no está para apaciguar a nadie. Bueno, por lo menos yo así lo entiendo. Está para planear, para tomar decisiones, para trabajar en Fuerzas Básicas, para dar opiniones y acompañar el desarrollo del día a día del equipo y de sus partidos. Ya en un término específico con el técnico, sabemos el temperamento que tiene y no nos asusta; cada quien se expresa de manera muy diferente, Paco, en todo momento, en todos los partidos, en las buenas y en las malas, ha sido respetuoso con toda la gente, y mientras sea así, está comulgando con la filosofía del Club Deportivo Cruz Azul.

 

¿Qué te parece que le haya dado eco a las declaraciones de La Volpe?

No lo sé, ya son cuestiones un poco más personales, declaraciones de técnico a técnico. Al final de cuentas, tendrán que aclarar las cosas de una buena manera y listo. Es algo muy particular, primero de quién se atrevió a declarar algunas cuestiones (La Volpe) con base a lo que percibe del técnico (Jémez) y después de quién contesta.

 

Estas declaraciones pueden encender ciertas mechas, ¿haces el llamado para que no se traslade a las tribunas?

Pues yo no le veo así y, en todo caso, los que lo transmiten al final de cuentas son los medios de comunicación, en ese sentido ¿no?. Creo que eso es muy independiente. Sí, hay que cuidar no ofenderse entre instituciones, cuidar que más allá de calentarlo nos respetemos todos, que no haya ofensas, que no haya malentendidos. Ahí estoy de acuerdo. Siempre estamos a favor de llamar a nuestra afición para que se comporte de la mejor manera y que los jugadores y cuerpo técnico den el mejor ejemplo posible en la cancha.

 

¿Se vale calentar estos partidos de manera leal?

Nunca he dicho eso, calentarlo es una expresión complicada.

En el buen sentido…

Yo lo entiendo así: hay conferencias de prensa, pregunta, pide opinión de una cosa, de la otra, los jugadores se expresan, los técnicos también. Al final, el respeto que se muestre, tanto en el léxico como en el contenido de lo que uno dice, es la responsabilidad de cada quien y ahí todos participamos. Ya, después, cómo lo interprete cada quien o cómo se transmite no es dominio de los clubes ni de los jugadores.

 

¿Pase lo que pase es un proyecto de mediano a largo plazo?

Cada proyecto es diferente, cada situación es diferente cuando se empieza a hablar de ese tema. En la vida, como en el futbol, ‘el pase lo que pase’, así como 100 por ciento garantizado nadie lo tiene. Ni tú en tu trabajo ni yo en el mío, pero en términos generales creemos que los malos resultados pueden cambiar si seguimos insistiendo, si seguimos trabajando como se ha hecho. Para eso necesitamos seguir con el proyecto.

 

¿Qué te pareció aquel gesto del Chaco y de los jugadores de dar la cara en grupo?

Fue un acuerdo generalizado. Pudo notarse una acción conjunta, una muestra general del sentir del equipo. Eso ayuda, da muestra de que hay unión en el equipo.