Parece una película repetida. Chivas se encamina a su sexto empate 1-1 del Clausura 2013. Pero esta historia tiene uno de esos giros inesperados que encumbran héroes y sepultan villanos. Marco Fabián es protagonista. Y su actuación es digna de un Oscar. Él y sólo él, puede escribir el desenlace de una cinta que ha tenido al Omnilife al borde del asiento.

Es el chico bueno de la película, el que habrá de quedarse con la gloria. El que con un zapatazo de zurda, al minuto 78, lleva la historia a su clímax. Desata la algarabía. Provoca lágrimas. El que habrá de permanecer en las mentes de quienes han visto esta tarde al Rebaño Sagrado superar a León por 2-1, eso y su mano infiltrada dan el “Oscar” a Marco Fabián.