Domingo tan inusual como maravilloso para Christian Giménez. No termina en casa o dentro de la concentración celeste. Antes de dormir, ya luce esa vestimenta que muchos futbolistas mexicanos añoran: la de la Selección Nacional.

El Chaco es la principal novedad en el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol, donde reportan casi todos los convocados por José Manuel de la Torre para el amistoso de pasado mañana, en Nueva Jersey, ante Costa de Marfil.

Héctor Moreno y Diego Reyes han llegado a Estados Unidos. Giovani dos Santos lo hará hoy.

Ninguno acapara reflectores como Giménez, quien reconoce lo distinta que es su vida desde el viernes, cuando se oficializó su llamado, ese que goza, sin importar la eterna polémica que envuelve a los naturalizados.

“Sí cambió. Me llamaron como 50 reporteros”, comparte el atacante, risueño. “Después de que salió la convocatoria, en la noche, me puse a analizar que más allá de la controversia o todo lo que pueda llegar a pasar, nada ni nadie me va a opacar este momento de felicidad que tengo. Soy una persona agradecida… Y a trabajar”.

-¿Qué te dice la buena aceptación que tuvo tu llamado ente los aficionados y la esperanza colectiva de que aportes soluciones al Tricolor?

-Eso es verdad… Está bien y es lo que pienso yo. Obviamente, la gente vio de buena manera el llamado y claro que me van a exigir, como a cualquiera en la Selección, pero es algo muy bonito. Cuando estás un poquito tranquilo en tu casa, en silencio, te pones a pensar y es algo maravilloso lo que uno vive.

Reflexión que le permite catalogar su presente como uno de los momentos “más dulces” que le ha dado el futbol. Hace casi una década llegó a México para jugar con el Veracruz; este día sostendrá su primer entrenamiento como seleccionado nacional.

“Estoy afianzado en Cruz Azul”, valora. “No me conformo, obviamente quiero más. Soy muy feliz, tengo una familia maravillosa”.

“Hoy me dan la oportunidad de estar en la Selección ¿Qué más puedo pedir? Soy un privilegiado y doy gracias a Dios por todo lo que vivo”.

Confiesa que las horas previas a reportarse bajo las órdenes de De la Torre fueron normales, no le generaron insomnio: “A veces no duermo, pero porque mi hija se levanta”.

Lo que realmente le ocupa es demostrar su calidad y tener una buena presentación con el representativo.

“Vamos a trabajar y a afrontar el partido”, advierte. “Costa de Marfil es un rival peligroso, pero iremos con la idea de mejorar y ganar”.