Sorprendido, Miguel Herrera observa la escena y suelta la ocurrencia: “Tengo más micrófonos que político, ca…”, suelta el director técnico del América, feliz de verse ahí, en el centro del campo del Estadio Azteca, con el trofeo en las manos.

“Estoy seguro, ya me vi, vamos a ser campeones”, dice y toca la mesa de madera, para repeler el cuestionamiento que lo condiciona: ¿Es ahora o nunca para ti? “Pero si no pasa, no me muero el domingo, mi vida va a seguir”, ataja frente al pesimismo que aún hoy le niega el derecho a soñar con la corona de campeón en una final ni mandada hacer.

“Obvio es una oportunidad importantísima, que no la voy a dejar pasar y el equipo está concentrado y consciente. Mas el rival es histórico, con un buen técnico. No puedo decir que es ahora o nunca, porque tampoco tengo todas las de ganar ni voy a jugar contra nadie o ellos van a arrancar con tres hombres menos”, añade, al término de la última práctica previa al partido de ida de la gran final contra Cruz Azul.

“Es un juego parejo, hombre por hombre no hay diferencia, son dos buenos equipos, bien armados, dos técnicos mexicanos que demostramos que no hay que voltear para afuera, que en casa hay buen material y sobre la historia hay mucho qué contar”, pondera El Piojo.

No, ningún nervio experimenta, con todo y que está ahí, en el equipo más ruidoso de la Liga, al que ha sabido guiar a una final.

“Sí, es muy diferente, aquí lo ves, lo mediático que es el club y, por supuesto, una final como se está dando, con dos equipos de los llamados grandes, que llegan bien, es diferente. Nervio no, no está uno tan nervioso. Más bien con el deseo de que el equipo salga a la cancha y demuestre lo que está listo, hemos trabajado para llegar a esta instancia y no la vamos a dejar escapar”, advierte.

“Sé que la exigencia es el título y si no lo logras fracasas en el intento. Fracasas en no lograr el objetivo deseado, pero estamos contra un rival fuerte, aunque no pensamos en el fracaso, veo al equipo tan sólido que ya está en mi cabeza la idea de que el equipo triunfe. Reitero, con toda la mesura, que el equipo de enfrente también tiene ese mismo deseo y si se lo preguntas a Memo [Vázquez] también se va a ver de esa forma”, asegura el controvertido técnico. “Estamos en la instancia de llevarnos todo el pastel”, se frota las manos.

Eso sí, tampoco cree que Christian Benítez le haya tomado la medida al Cruz Azul. La última vez le hizo un hat-trick: “Chucho tiene esa fortuna, que le ha hecho goles a Cruz Azul, ojalá siga así, es lo que yo quiero, pero eso de tomar la medida o las paternidades, son partidos y cada juego es diferente.

Que un jugador se acomode en un equipo y siempre le haga un gol, sí es paternidad, o le tienes tomada la medida. A lo mejor el estilo de juego de un equipo, la forma de pararse, se le acomoda más a Chucho, el de Cruz Azul, para poder ser más letal, pero Chucho, me parece, le ha hecho goles a casi todos los equipos”.

 

Tampoco le quita el sueño pensar que con este título alcanzarán en número de trofeos a las Chivas, con 11 en la era profesional. “Es algo que no está ahora en tu cabeza”.

 

-¿Después de esto sólo queda dirigir la Selección Nacional?

 

“No”, ataja. “Muchos años acá. Tengo seis meses más, pero espero platicar el lunes para poderme quedar muchos años acá”, dice, decidido a enraizarse.