La esgrimista Paola Pliego sabe que es complicado llegar a los Juegos Olímpicos de Río 2016 y ya piensa en la posibilidad de disputar la justa veraniega de Tokio 2020. Los problemas de un supuesto caso de dopaje esfuman su sueño, así como la posibilidad de ganar una medalla durante el presente año.

“Es mi deseo traer a casa una medalla olímpica para mi país y si el sueño de Río se esfumara, tendría mi mirada ya en Tokio, como la meta que desde hace años había ya trazado para el oro”, explicó Pliego, en la conferencia de prensa que ofreció para aclarar su situación.

La queretana afirmó que jamás consumió el Modafinil, sustancia que supuestamente habría usado durante una competencia de sable en Panamá, además de declarar que nunca tuvo contacto con ésta y que desconocía la existencia de la misma.

“Jamás he consumido conscientemente la mencionada sustancia. Me enteré de la existencia del Modafinil a través del comunicado de la FIE. Jamás la había escuchado mencionar y nunca sospeché que supuestamente estuviera en mi cuerpo.

“El análisis toxicológico de la WADA me informó, tanto de la existencia del Modafinil, como de su supuesta presencia en mi sistema”, comentó la esgrimista.

En cuanto al procedimiento y al siguiente paso a tomar, Paola Pliego afirma que tendrá que esperar a que se abra la prueba B y que sus abogados agoten cualquier recurso, antes de presentar el caso frente al Tribunal de Arbitraje Deportivo, donde podría darse una batalla legal muy costosa.

“En este momento el panorama es desconocido y las opciones son varias. Tendremos que esperar a que se abra la prueba B y a que los abogados agoten las instancias presentes. El peor escenario es una batalla legal que, según me informan, podría costar alrededor de 50 mil euros, mismos que no están presupuestados en este momento ni por mi ni por mi familia”, concluyó la atleta.