Corría el mes de noviembre de 2011. América se encontraba hundido en la amargura de resultados mediocres, lejos de Liguilla, y con el recuerdo lejano de su último título en 2005. Entonces llegó Ricardo Peláez, y todo cambió.

De la mano de Peláez, el América recuperó la mística y el protagonismo. Muy prontó regresó a los emplumados a los primeros planos y en su tercer torneo, el Clausura 2013, las Águilas llegaron a una nueva Final, misma que ganaron, con dramatismo puro sobre Cruz Azul.

Al siguiente torneo, nuevamente el América del Piojo retornó a la lucha por el título, pero esta vez no pudo hacer nada contra el León, que impidió el Bicampeonato de los americanistas.

Pasó únicamente un año para que el cuadro de Coapa volviera a una Final, y esta vez el rival en turno fueron los Tigres, equipo que fue borrado en la Vuelta, en lo que derivó la estrella 12 de las Águilas, con Mohamed en el banquillo.

A pesar de sus dos títulos de Liga, Ricardo Pelaéz tenía una cuenta pendiente en el plano internacional, pues en su primera Liga de Campeones de la Concacaf se quedó eliminado muy pronto; no obstante, en el certamen de la 2014-15, Matosas comandó al equipo al título, superando al Impact de Montreal.

Cuatro Finales disputadas, tres títulos, y una nueva oportunidad de ser Campeón, en puerta. América derrotó a Santos en Semifinales de la Concachampions, y se medirá nuevamente a los Tigres por el título y la oportunidad de tomar revancha en el Mundial de Clubes de Japón.

América se encontraba hecho pedazos en aquel noviembre de 2011. Ricardo Peláez llegó al Nido, rearmó las piezas y ahora el americanismo tiene un equipo acostumbrado a pelear títulos.