Los entrenadores son hijos de los resultados. Y más en un futbol como el mexicano donde los torneos cortos aumentan la exigencia de triunfos inmediatos. Sumar puntos es una obligación. Sin ellos, cualquier estratega pierde su trabajo. El de Chivas, Benjamín Galindo es consciente de ello. Sus números son pobres.

Cerró el torneo pasado con seis derrotas consecutivas, incluyendo dos muy dolorosas en los clásicos ante América y Atlas; en el actual certamen no conoce la victoria; en 19 encuentros dirigidos sólo suma tres triunfos. La estadística es suficiente para poner en predicamentos su continuidad. El Maestro no se preocupa. Aunque también conoce una regla no escrita del balompié: los técnicos siempre tienen las maletas listas.

“Sí, uno es consciente de todo lo que pasa dentro del equipo, en el seno del equipo, en el vestidor y con la directiva. Por supuesto que estoy muy enchufado en tratar de revertir esta situación, que recién empieza, o sea tampoco es algo de vida o muerte, al contrario. En todos los detalles siempre tienes que estar. Sí estoy más involucrado en lo que es el equipo para que tenga confianza, optimismo y despliegue su mejor futbol”, explica.

“Uno es consciente que debe entregar buenas cuentas, para eso estamos. Hablamos con el grupo, estamos muy cerca, sobre todo en los momentos complicados cuando no hay los resultados que uno quiere. Debo estar tranquilo, pero también encendido y atento a todos los detalles”, sentencia el estratega rojiblanco.

El próximo domingo, el Guadalajara recibirá al Atlante. La paciencia de la directiva está llegando a su límite. Y Benjamín Galindo prefiere no pensar en la posibilidad de que una eventual derrota ante los Potros de Hierro signifique su salida del Rebaño Sagrado.

Fabián, a la baja

La línea la ha puesto él mismo. Con buenas actuaciones en Toulon y en Juegos Olímpicos, con la Selección Mexicana, Marco Fabián ha establecido los alcances de su capacidad. Eso es lo que se espera de él. Sin embargo, en meses recientes, no ha podido brillar con la misma intensidad cuando se pone la camiseta del Guadalajara.

Benjamín Galindo le exige más de sí mismo. Conoce su talento y lo quiere al servicio del Rebaño Sagrado. Pero el futbolista analiza la situación con calma. Su veredicto es directo: aunque reconoce que en ocasiones ha fallado, asegura que no ha quedado a deber. Está tranquilo con su propia consciencia.

“No. Sí sé y está claro que he tenido altibajos, pero tampoco siento que he quedado a deber. Claro que no tengo techo, claro que quiero dar más cada día”, asegura.