Fue el peor encuentro desde el inicio de la gestión de José Manuel de la Torre en el timón del Tri, porque la zaga se perdió ante la capacidad cafetalera; la media cancha nunca existió y el ataque falló, como siempre.

 

 

 

En cuanto al “Chepo”, no supo rescatar su barco y se hundió con él. La falla del estratega partió desde la elección de jugadores como Pablo Barrera y los hermanos Johathan y Giovani dos Santos, con nula participación en sus equipos y ubicados, inexplicablemente, como titulares.

 

 

 

Carlos Salcido, entre lo poco rescatable, se extravió ante tanto desorden y Rafael Márquez comprobó, una vez más, que ya no está para Selección.

 

Guillermo Ochoa, una vez más, falló a la hora de probar que es un guardameta confiable.

 

 

 

Bajo ese razonamiento, la defensa alcanzó 3.2 de calificación; la media zozobró con 3.8; el ataque, inofensivo, del que lamentablemente se contagió Javier Hernández, recibió un 3.4 y el técnico cayó hasta un 2.5 de promedio.

 

 

Por eso, el 3.2 que alcanzó la actuación de ayer contra Colombia es un fiel reflejo del nulo futbol de los mexicanos, ausentes pese a la algarabía que provocó la afición mexicana en Miami.