Monterrey pudo quedarse sin sus Rayados para que el clásico regiomontano también se extinguiera.

Hace no mucho tiempo el archirrival de los Tigres pudo desaparecer, mudarse de ciudad o incluso descender. De no haber sido por la intervención de la empresa Femsa, los Rayados quizá ya no jugarían al pie del Cerro de la Silla ni tampoco hubiesen gozado de la época más gloriosa en su historia.

“Había varios riesgos. Uno era que se llevaran al club de la ciudad y el otro el de la desaparición. También teníamos el riesgo de irnos al descenso y para eso contratamos a Benito Floro como técnico y no nos libramos de ese problema hasta que llegó Miguel Herrera en 2004”, recuerda Jorge Urdiales, presidente del Monterrey de 2001 a 2012.

Femsa apostó en 2000 por hacerse de los Rayados, luego de que en la administración de Jorge Lankenau quedara plagado de deudas e intervenido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Luego de “mucho trabajo y compromiso” para rescatar a la franquicia, vinieron los momentos de gloria para los regios.

Tres títulos de Liga y dos de Concachampions puede presumir Urdiales durante su gestión.

“Nosotros empezamos a permear una mentalidad ganadora. Ya no es nada más vamos a competir, no, eso no. Si competimos es para ganar, porque si sólo vamos a participar, mejor nos vamos al sector amateur. En el futbol hay que ganar y eso es lo que nos dio resultados”, explica el ex dirigente del Monterrey.

El dinero es un elemento importante para el éxito de Rayados en los últimos años. Tener solidez financiera “te permite tener la tranquilidad de poder trabajar”. Aunque Urdiales aclara que se debe encontrar un “círculo virtuoso”, porque si hay malos resultados “nadie le invierte a algo que no funciona”.

“Tener recursos te permite tener buenos jugadores, quienes te dan buenos resultados. Si obtienes triunfos puedes pedir más por los patrocinios y un aumento razonable en el precio de las entradas porque das buen espectáculo y obtienes mejores ingresos y eso lo reinviertes y el ciclo comienza de nuevo”, describe el ex dirigente.

Un equipo de futbol fuerte y exitoso, a consideración de Urdiales, ha podido hacer que en Monterrey se haya creado un sentido de pertenencia hacia Rayados, los habitantes regios se sienten parte medular del club.

“Hemos logrado que se respire, se hable y hasta se sueñe con el futbol. Ya no es ganaron los Rayados, sino que es ganamos, empatamos y perdimos. Es otra de las cosas que hemos logrado”, presume.

Un nuevo clásico regiomontano está en puerta. En el estadio Universitario se vivirá uno de los duelos más pasionales del futbol mexicano. El Monterrey va por acercarse a los puestos de Liguilla y Tigres quiere consolidarse en la cima del Clausura 2013.

Lo que Urdiales tiene claro y dice orgulloso es que “cuando los equipos de la ciudad andan bien, el clima de productividad es mejor y la gente trabaja más contenta, con mejor actitud, hasta los índices de delincuencia bajan”.