Lo que en un comienzo lucía como una fiesta para las Águilas del América culminó con un final tétrico, lleno de tensión, y una dolorosa derrota que terminó por desatar la molestia de los distintos elementos del club.

El conjunto mexicano manejó el partido de principio a fin; sin embargo, no pudo reflejarlo en el marcador. Junto con la ventaja, se esfumó la armonía entre sus futbolistas, toda vez que tras el 1-1, Darwin Quintero lanzara un cabezazo contra su compañero, Rubens Sambueza.

Ambos futbolistas permanecían cerca de la mitad del campo, y se encararon por unos segundos, hasta que el central, Paolo Goltz, se acercó para calmar los ánimos de sus compañeros, quienes se miraron fijamente durante varios segundos más.