Transformados en dos de los equipos con más presencia en Liguillas en los últimos años, Monterrey y Pachuca coinciden por primera vez en una gran final de la Liga MX. De hecho, hay que decirlo, regios y Tuzos han cosechado todos sus títulos en torneos cortos, lo que demuestra el crecimiento de ambas instituciones a partir de las últimas dos décadas.

Monterrey, gran favorito para alzarse con el Clausura 2016, dados sus números en el torneo regular y el músculo mostrado ante oponentes de volumen, como Tigres y América, inició su ascenso futbolístico a partir del Clausura 2003, pero su primer trofeo liguero data del campeonato México 1986, entonces catalogado como certamen alterno dada la presencia de la Copa Mundial organizada en nuestro país.
Con el arribo de los torneos cortos, dicha competencia es catalogada como válida y forma parte de las cuatro estrellitas que presumen los norteños en su historial futbolístico.

La siguiente llegó justo en 2003, cuando Monterrey dispuso del Morelia en el Clausura. Posteriormente, durante la era de Víctor Manuel Vucetich en el banquillo de Rayados, aterrizaron el Apertura 2009 y el Apertura 2010. Pero aparte suma cuatro subcampeonatos: en 1992-93, Apertura 2004, Apertura 2005 y Clausura 2012.

La presencia de la billetera le ha permitido aterrizar rápidamente en otra final, en la que luego de disponer de dos candidatos al título (Tigres, campeón del Apertura 2015, y América, bicampeón de la Concachampions), ahora el Monterrey debe continuar con esa inercia para acumular su quinta estrella, lo que lo pondría por encima de su odiado rival, Tigres, en cuanto a trofeos se refiere.

Armados con jugadores confiables, Rayados registra experiencia en cada línea. Desde la portería, Jonathan Orozco representa uno de los músculos norteños. En la columna vertebral te topas con José María Basanta en la central, Neri Cardozo, Walter Ayoví, en la recuperación. La creatividad va de la mano de Dorlan Pabón, Edwin Cardona y Rogelio Funes Mori. El uruguayo Carlos Sánchez será el único ausente, por el tema de que fue requerido por la selección charrúa debido al inminente arranque de la Copa América y las tardías gestiones del club para blindar a su jugador.

El estratega, Antonio “Turco” Mohamed, es un tipo probado, con resultados bien presentados y en distintos clubes. Lo consiguió al frente de los Xoloitzcuintles de Tijuana y luego al mando de las Águilas del América. Está muy cerca de cosechar otro éxito como timonel.

Del otro lado, con menos experiencia, Diego Alonso asume la responsabilidad. En poco tiempo ya está en una final, aunque su directiva le ha tenido paciencia y éste ha sabido aprovecharla.

Cuenta con jugadores de cantera, bien armaditos, de la talla del “Chucky” Hirving Lozano, Érick Gutiérrez y Rodolfo Pizarro, como titulares recurrentes. En la portería, Óscar Pérez, pese a sus 43 años, continúa dando frutos en todos sentidos. Participará en una segunda final como Tuzo y el “Conejo” intentará coronarse en la liga luego de que no lo hace desde 1997.

Además, en su columna vertebral, foráneos importantes como John Medina, Jonathan Urretaviscaya y Franco Jara.

Pachuca registra cinco títulos y tres subcampeonatos. En el Invierno 1999 comenzaron a cosechar títulos. El primero, a costa del Cruz Azul. Luego, en el Invierno 2001 superaron a Tigres, y le repitieron la dosis en el Apertura 2003. Sumaron dos más, en el Clausura 2006 y en el Clausura 2007, este último sobre el América. Desde entonces no han vuelto a ser campeones.

La batalla luce pareja. Se trata de dos de los mejores equipos de los últimos tiempos. La presencia de ambos es inercia del buen trabajo requerido por sus clubes, cada uno desde su perspectiva. Pachuca suma cantera y buena elección de foráneos. Monterrey aporta cartera y la experiencia de un técnico con grandes resultados como Antonio Mohamed. Hoy comienza a rodar el balón.

Luis Enrique Santander pitará la primera versión de la gran final. El “Huracán” de Pachuca será importante para que Tuzos lleguen con alguna ventaja al duelo decisivo, en la Sultana del Norte.