Como anecdótica quedará la broma que les jugó la impuntualidad a los porteros de Pumas Alejandro Palacios y Odin Patiño. Los guardametas universitarios se perdieron por 20 minutos en las inmediaciones de su hotel de concentración, lo que provocó que su demora en la práctica se convirtiera en la broma del día.

Todo inició a las 11:00 horas, el equipo estaba citado en el lobby del hotel de concentración hasta donde llegaron todos los jugadores y el cuerpo técnico con excepción de los porteros. Al grupo se le indicó que fueran de camino al campo de entrenamiento que se encuentra a una calle del hotel, sin embargo, Pikolín y Patiño tardaron en bajar un par de minutos más, suficientes para perder de vista a sus compañeros.

La situación que generó el despiste de los jugadores de Pumas, fue que justo cuando salían del hotel un autobús de la empresa que los transporta en el país avanzó frente a ellos, a lo que los arqueros reaccionaron tomando un taxi para alcanzar al camión.

Instantes más tarde el taxi alcanzó al autobús, pero los jugadores se dieron cuenta que iba solo y que no era su camión, por lo que le pidieron al taxista llevarlos a las canchas más cercanas al hotel.

En el entrenamiento el cuerpo técnico envió a un utilero a buscar a los porteros, pero no los encontró en sus habitaciones.

El taxi los llevó a unos campos cercanos, pero ahí no estaba el equipo, por lo que regresaron al hotel a preguntar la ubicación de la cancha de entrenamiento, a donde llegaron cuando el equipo ya tenía minutos de trabajar. Ambos porteros entraron a toda prisa al campo y el taxista tuvo que esperar, pues incluso ninguno de los futbolistas tenía dinero para pagar los 100 pesos que les cobró el taxista por el paseo en la ciudad. Al darse cuenta de lo sucedido el equipo se reía de sus compañeros a quienes recibieron con la tradicional ‘pamba’ antes de integrarse al entrenamiento.

Un aficionado se ofreció a pagar por los porteros para que el taxista pudiera seguir laborando, al final del entrenamiento el Pikolín además de pagar los 100 pesos le obsequió unos guantes al aficionado que le pagó el taxi en el que vivió una experiencia digna de contar en el futuro.