Humberto Suazo brindó otro concierto en la cancha del Tec, y Monterrey enfila a repetir en la Final de la Concachampions. Con un ritmo consentidor, pero dominante de principio a fin, La Pandilla aplastó 3-0 a los Pumas, sentenciando la Semifinal que culminará la próxima semana en la Ciudad de México.

Nada en el repertorio de Pumas pudo evitar que los albiazules continuaran con su ritmo goleador, y sólo fue cuestión de tiempo para que se pintara la diferencia en el marcador, sin argumentos para revertir lo contrario. La suma de 22 goles en los últimos siete encuentros destapa donde reside el poderío de los Rayados, que consiguieron un triunfo firmado con toques magnánimos, humillando, pero perdonando la debacle a un rival que ya lucía fuera del camino.

Pumas, que llegó al Tec ya sólo enfocándose en el torneo de campeones, ahora tiene un serio riesgo de quedarse en el semestre con las manos vacías. Y Monterrey, en su etiqueta de campeón defensor, logró el resultado que más le acomoda previo al Clásico Regio, con la posibilidad de manejar su plantel por la comodidad del marcador.

Con el resultado Monterrey enfila a la Final, y avanzará ganando, empatando, o hasta perdiendo por dos goles el juego de Vuelta. Si Pumas gana 3-0 habrá penales, mientras que si la diferencia es de tres goles, pero a partir del 4-1, La Pandilla avanzará por el criterio de gol visitante. Sólo un triunfo de cuatro goles garantizará a Pumas cambiar el resultado de la Ida.

La velada en el Tec volvió a marcar un lleno total, con una Pandilla que bajó considerablemente las revoluciones, pero con eso tuvo para masacrar a una edición universitaria que sufre por falta de experiencia.

Apenas al minuto siete, Aldo de Nigris fue derribado en los linderos del área por la derecha, y Suazo llegó para cobrar el tiro libre. El centro no fue un pelotazo sin intención, sino que el chileno le dio un gran servicio a Morales, que botándose en el área chica escribió el 1-0 con una media vuelta que venció a Palacios.

Rayados se dio cuenta que podría liquidar cuando quisiera, y los arribos fueron contados, pero seriamente dolorosos para la visita, que jamás encontró la fórmula para cortar la conexión Reyna-Cardozo-Suazo-De Nigris.

Así, y luego de perdonar Cardozo un mano a mano, y de que Palacios salvara un gran remate de De Nigris, la batalla llegó al segundo tiempo donde vivió sus horas más claras.

Al 48’ Cardozo falló una clara que dejó en el pecho de Palacios, y luego De Nigris casi anota con el estómago tras un tiro centro de Lucho, de no ser porque Velarde salvó en la línea.

La presión rayada era asfixiante, y al 59’ Suazo firmó su segunda asistencia, cobrando un tiro libre por la derecha para que De Nigris apareciera a segundo palo, saludando a las redes sobre la salida de Palacios.

Pumas intentó responder sabiéndose contra la pared, y el técnico Guillermo Vázquez envió al campo a Juan Carlos Cacho, pero sacrificando a Martín Bravo, el hombre de más peligro de los felinos hasta entonces en el campo.

Pero el peligro real estaba en la meta felina, y al 72 De Nigris marcó el 3-0 en una joya de definición, cuando Suazo le puso un gran pase desde tres cuartos de cancha, y el ariete, tras acomodarse de ‘inglesita’ recortó a Marco Palacios y sobre la marcha tocó a la derecha de Alejandro Palacios, para desatar la locura en el lugar, y catapultar a Monterrey al duelo por el título.

Pumas mandó entonces a Orrantia y Castro por Herrera e Izazola, pero apenas si lograron inquietar la meta de Orozco. Vucetich también refrescó a su plantel, y sacó a Reyna y Zavala para colocar a Ayoví y De la Peña, perdiendo profundidad, pero ganando en posesión de pelota. Más tarde guardó a Sergio Pérez, y debutó al joven Alejandro García.

Lo que siguió hasta el final fue un concierto de pases de la casa, ante unos Pumas que simplemente no tuvieron argumentos para ir por el descuento, que les daría vida en la Vuelta.

El silbatazo final llegó en medio del júbilo de la mayoría, y el Campeón reinante de la CONCACAF saboreó repetir en el duelo clave, a la espera de 90 minutos para redondear.