A 9 días de que México debuté en el Mundial de Brasil ante Camerún, existen más dudas que pruebas de certidumbre y la derrota contra Bosnia en el Soldier Field de Chicago no termina de fortalecer los lazos de confianza y el futbol que pretende desplegar el técnico Miguel Herrera ya con el tiempo encima y una serie de circunstancias que le han impedido repetir una alineación como las lesiones.

El conjunto nacional sufrió los embates de la escuadra europea en los minutos iniciales y la figura Edin Dzeko, quien en una primera instancia había sido anunciado como suplente, tuvo dos oportunidades claras de gol que de milagro no terminaron dentro de la portería por una buena intervención de Alfredo Talavera y un remate desviado que lucía para más en la segunda acción.

El Tri fue equilibrando el encuentro hasta apoderarse del esférico. Así creó jugadas de peligro, sobre todo en servicios de profundidad al Chicharito, que tuvo una oportunidad de oro tras recibir un pase medido de Layún, pero que no acabó en las redes, ya que el poste se lo impidió cuando la afición en Chicago ya saboreaba la anotación.

La falla del Chicharito pesó minutos después cuando Izet Hajrovic sí aprovechó un desborde de su compañero Sejad Salihovic por izquierda y remató a la altura del punto penal de forma mortal sin que Alfredo Talavera pudiera hacer algo para evitar el tanto en contra.

En una jugada posterior, en tiro de esquina, Dzeko también acarició el segundo con un cabezazo que se fue ligeramente a un costado de la cabaña de Talavera ante la mala marca defensiva. El Tri no reaccionaba, ya no manejaba de forma dominante el esférico y los numerosos cambios que mandó Miguel Herrera al campo estaban cobrando factura al no tener ya respuesta.

Los europeos se plantaron bien a la defensiva y el partido se tornó gris, sin muchas acciones de peligro y sólo el Maza Rodríguez tuvo una posibilidad para empatar en táctica fija, pero el arquero Begovic tuvo una gran atajada.

El partido terminó con más atracciones en la tribuna que en el campo, ya que debido al pobre espectáculo en varios sectores de las gradas hubo peleas entre mismos aficionados mexicanos al calentarse los ánimos. Antes de que se diera el silbatazo final, el público también aventó vasos y objetos a la cancha como muestra de su inconformidad.