Fue un amanecer distinto en Nueva York. Esta vez, el caos vehicular sería de Manhattan hacia Nueva Jersey y no viceversa, como cualquier otro día. Esta vez, una ‘Marea naranja’ y miles de ‘Halcones Marinos’ se dirigían hacia East Rutherford para unirse con los otros individuos de su ‘especie’. El Super Bowl XLVIII fue el motivo para que miles de aficionados a Denver y Seattle llegaran a East Rutherford para apoyar a su equipo y ser testigos de la gloria, en caso de una victoria.

‘Welcome to the jungle’, tema emblemático de Guns and Roses, da la bienvenida a los miles de asistentes al MetLife Stadium, mientras que el espectáculo visual corre a cargo de las porristas de los Jets de Nueva York.

Grupos de rock, lámparas con fogatas incluidas, calefacción en los baños. El Comité organizador del Super Bowl XLVIII se ha esmerado para ‘calentar’ un Súper Tazón que, cuando fue anunciado, recibió críticas por el clima en el que se jugaría, pero al momento, la temperatura está muy por encima (13 grados) del Super Bowl más frío de la historia, el VI, que se jugó a 3.9 grados centígrados.

Para algunos aficionados, la llegada al estadio fue tranquila, mientras que para otros representó un caos, sobre todo para quienes prefirieron viajar por tren. La agencia AP reportó empellones y desmayos en trenes de Nueva Jersey, donde cientos de personas hacen largas filas para llegar al inmueble.

Un grupo de personas sufrió colapsos en una estación de trenes en New Jersey, mientras esperaban en las largas filas para llegar al Super Bowl XLVIII, que a una hora de su realización luce aún huecos en las gradas.