Cuando parecía condenado, Veracruz sacó fuerzas de flaqueza y mordió con fiereza a un Cruz Azul que no fue capaz de mantener la ventaja obtenida durante el primer tiempo y terminó llevándose una dolorosa derrota por 3-1.

Un “Pirata” Fuente sin gente, dos equipos urgidos de por los tres puntos y el ya tristemente infaltable aderezo de la polémica arbitral, fueron los ingredientes que acompañaron a un cotejo que representó oxigeno puro para los de casa en su pelea por evitar la quema del descenso.

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Herrera, Andrade y Luna fueron los héroes de la noche en el Puerto; mientras que el “Conejo” Benítez, fue luz y sombra, ya que de pasar a poder firmar un doblete, terminó por desaprovechar lo que claramente pudo ser el 1-2 para los suyos, y en la jugada posterior fue en donde perdieron la ventaja.

Los escualos están a solamente un punto de Morelia en la tabla de cocientes, por lo que un descalabro de los michoacanos esta tarde, podría poner todo al rojo vivo.

EL JUEGO
Entre la urgencia de Veracruz por sumar de a tres y mantenerse con vida en la lucha por no descender, y la desolación de un estadio vacío, los Tiburones salieron a jugarse una de sus cartas más importantes en la lucha por permanecer en la Primera División. Cruz Azul, que en las últimas semanas entró en una inercia positiva, representó un rival complicado para los de casa.

Antes del encuentro, la situación ya pintaba difícil para los escualos. Últimos en la porcentual, a cuatro puntos de Morelia, con Carlos Reinoso fuera del banquillo, pero con todo y eso, lo realmente importante era hacerse fuertes en una de las citas más importantes de la campaña. Sin embargo, el salir con el protagonismo de las acciones no bastó, ya que los rojos comenzaron siendo víctimas de sus propios errores, y de paso, también de los del arbitraje.

Primero, un penal a favor tras una falta de Domínguez sobre Herrera. Leobardo López tomó la pelota, se perfiló desde los once pasos, pero bastó un titubeo en su recorrido hacia la pelota para que Corona supiera que podría atajar, y así fue, el arquero celeste rechazó con la pierna y evitó la caída de su arco.

Minutos más tarde, parecía que los de casa tendrían una segunda oportunidad por la misma vía. Peñalba empujó a Eduardo Herrera a escasos metros del silbante José Alfredo Peñaloza, quien hizo mutis y dejó que las acciones corrieran ante los jugadores rojos enfurecidos.

La siguiente acción sería la continuación de la desgracia veracruzana, ya que Ángel Mena hizo gala de su habilidad con una jugada por derecha en la que dejó pagando a Lucas Rodríguez y posteriormente, puso un servicio medido a la llegada de Jorge Benítez, quien no perdonó y con un cabezazo certero dejó sin posibilidades a Gallese.

Una segunda polémica arbitral se dio en el área veracruzana. Esta vez, Julián Velázquez fue el derribado, pero al igual que en la anterior, el juez decidió no marcar nada ante la incredulidad de los hombres que esta vez vistieron de blanco.

El tanto resultó un golpe en el ánimo local, ya que después de eso, fue Cruz Azul el que pudo ampliar su ventaja, lo cual no ocurrió gracias a que el travesaño se interpuso en un potente disparo de Martín Rodríguez. Respiraron un poco en el Puerto antes de irse al descanso, eso sí, con el pesar de saber que las cosas pudieron ser distintas de no ser por sus fallas.

Señales de vida dio el “Tibu” a partir de la segunda mitad. Sabedores de que no había tiempo para más, los dirigidos por Juan Antonio Luna mordieron a la visita y pronto consiguieron dar alcance en el electrónico en una jugada en donde Jehu Chiapas habilitó a Eduardo Herrera, para que este dejara entrar la de gajos y con una potente media vuelta con la pierna izquierda, dejara sin posibilidades a Corona.
En cuestión de segundos, ambos equipos tuvieron el 2-1 en sus manos, pero fue el Veracruz quien lo consiguió. Primero, Benítez se enfiló al área, solo y cuando se relamía los bigotes con su doblete, entregó su tiro a la ubicación de Gallese, quien rápidamente despejó para la respuesta de los suyos. Pellerano recibió en los linderos del área y tocó para Edgar Andrade, quien firmó un auténtico golazo al recibir con la zurda y en el mismo movimiento habilitarse a si mismo, y sin dejar caer el balón, lo cacheteó con parte externa a segundo poste. Una joyita.
Con la inyección de ánimo y un Cruz Azul desconcertado, el Tiburón tiró una mordida letal cuando Martín Bravo arrastró la bola por izquierda y asistió a la llegada de Luna, quien únicamente tuvo que agradecer el gesto al empujarla casi sobre la línea de gol. 3-1 que fue como un tanque de oxigeno en el Puerto.
Noche semi redonda para un Veracruz que se llevó el triunfo, pero no pudo celebrarlo ante su gente. Mientras que La Máquina, que parecía haber encontrado el rumbo al fin, otra vez sufrió un parón en seco que pone en predicamentos sus aspiraciones de la Liguilla y no le permitió huir del todo en el tema porcentual.