No marcó goles, ni fue el hombre del partido contra Rusia, pero si un jugador mexicano dejó la Arena Kazán con una felicidad que no le cabía en el pecho, ése fue el zaguero Luis Reyes, quien hace un par de veranos contempló la posibilidad de retirarse del futbol y el sábado jugó por primera vez un encuentro en la Copa Confederaciones.

Reyes, de 26 años, militaba en la tercera división mexicana cuando cruzó su mente la idea del retiro, pero perseveró hasta debutar en primera división con el Atlas el año pasado.

“Valoro muchísimo estar aquí porque piqué piedra en segunda división y en la Liga de Ascenso (3ra y 2da)”, recordó Reyes al final del partido. “Cuando tuve la oportunidad de volver a Atlas, sabía que no la podía dejar pasar”.

“Yo empecé a jugar a los 25 años (en Primera), la mía fue una historia muy distinta a la de los demás de mis compañeros, pero estoy contento de estar aquí” admitió Luis. “Hace unos años sí me pasó por la mente el retiro, pero mi familia siempre me apoyó para seguir adelante y hoy estoy agradecido”.

Quizá por su inexperiencia, Reyes pasó los dos primeros partidos del torneo en el banquillo pero la lesión de Diego Reyes obligó al entrenador Juan Carlos Osorio a mandarlo al campo ante Rusia. En Kazán tuvo un desempeño destacado y estuvo cerca de marcar un gol.

“Para mí fue muy importante jugar porque estaba ansioso. Desde los partidos pasados yo tenía el sueño de entrar. Fui paciente y gracias a Dios se me dio la oportunidad”, añadió Reyes.