Quince años que se borran en un penalti. No fue el “penal más largo del mundo”, pero los pasos que dio Luis Gerardo Venegas para chocar el balón, quizá fueron los más largos en la vida de José de Jesús Corona.

El atlantista disparó y Corona se lanzó hacia el balón, no llegó, aunque la red no fue su destino, sino el vacío de la derrota.

“Sí, se fue. La saqué con la mirada, como dicen”, apunta el portero cementero, héroe contundente del juego por el título de la Copa MX.

La final se fue hasta penaltis y ahí, el portero fue el protagonista irremediable: Héroe o villano; ángel o demonio.

—¿Cuál fue la clave en la serie de los penaltis?

“Fue intuición. Mi entrenador de porteros [Roberto Pérez], quien siempre está al pendiente de todos los detalles, me había dado un video sobre cómo tiran los penaltis los jugadores del Atlante, pero no, preferí no verlo y dejarlo todo a los instintos”.

Y los instintos le dieron a la postre la razón. En el penalti detenido a Francisco Fonseca, “simplemente intuí y la alcance”.

Y en el último, “no llegué. Poderosa mirada”… muy poderosa.

Tocaron fondo

Dentro del festejo, también llega el momento para la reflexión. Contra América, en la Liga, el equipo tocó fondo y en la Copa, contra América, volvieron a vivir.

“Creo que es verdad, a veces hay que tocar fondo y lo hicimos, después del América, no podíamos ir más abajo. La manera de salir era unirnos, trabajar y ahí está el resultado”.

Vino la revancha, también contra América. “Nos levantamos, también el juego contra Querétaro sirvió de mucho. Ahora podemos festejar”.