Dentro de tres años, la Liga MX podría tener más del 50 por ciento de asistencia en los estadios, superar los 8 puntos de rating en cada partido y contar con tribunas totalmente embutacadas, pero difícilmente podrá presumir respeto total al arbitraje.

Los últimos señalamientos en Pumas hacia Mauricio Morales tras el partido contra Chivas reflejan la insistencia de jugadores, técnicos o directivos por violar las disposiciones de la Liga para evitar que sus protagonistas cuestionen a los árbitros de manera pública.

Durante la presentación del nuevo formato del torneo mexicano, su titular, Decio de María, explicó que el objetivo final era superar los mencionados parámetros de asistencias a estadios y ratings televisivos en tres años, además de implementar un Código de Ética.

Este último exige en su Artículo 8 abstenerse de emitir juicios públicos sobre el desempeño del cuerpo arbitral, de los comisarios y de quienes integran la Federación Mexicana de Futbol.

“Así como de terceros involucrados que tengan como intención o efecto desacreditar, denostar, desprestigiar y/o causar perjuicio o daño”, añade el documento.

Además, en aquella tarde en la que se presentó la nueva Liga el pasado 16 de julio, el portero y Capitán de Santos, Oswaldo Sánchez, habló a nombre de los jugadores.

“Respetaremos a las autoridades de un partido y no los culparemos de una derrota”, afirmó.

Sin embargo, después del empate sin goles entre Guadalajara y Pumas del domingo pasado, tanto el atacante Martín Bravo como el Vicepresidente Deportivo del equipo universitario, Alberto García Aspe, criticaron a Morales.

“Al árbitro le tembló mucho para cobrarnos a nosotros y a ellos prácticamente les cobra un penal que no existe, entonces dejó mucho que desear”, sentenció Bravo.

“El arbitraje obviamente (molestó) porque eso te cambia todo”, expresó García Aspe. “Lo vieron claro, yo no tengo que decirlo, fue clarísimo”.

Apenas en la Jornada 2, el Presidente Ejecutivo del Atlante, José Antonio García, aseguró que su equipo debió enfrentar no sólo a Tigres, sino también al silbante Miguel Ángel Ortega.

“Vergüenza arbitraje contra el Atlante, gol legítimo mal anulado por el abanderado, penal marcado inexistente, contra todo y contra todos”, manifestó el dirigente a través de su cuenta oficial de Twitter.