Tras la derrota 0-7 de México ante Chile y la eliminación de la Copa América, Ricardo La Volpe analizó el desempeño de la Selección Mexicana, a la que consideró no es inferior al conjunto andino y reconoció que el problema por el que México no trasciende es mental.

“Ni loco hay una diferencia de siete goles entre México y Chile. Puede ganar uno o puede ganar el otro, eso sí, pero esa diferencia no es real. México perdió el control y contra Chilefaltó un líder en el campo de juego, uno que diga: ‘Tranquilos muchachos, a no desesperar que no pasa nada. Esto depende de nosotros’. No lo hubo y se terminaron desesperando, regalando espacios y permitiendo contragolpes. Eso generó que el rival vea a un equipo nervioso, alocado para poder revertir el resultado”, aseguró La Volpe, en una charla exclusiva, en Puerto Madero.

¿Y a qué se debió todo eso?

No es lo mismo dirigir una Selección que un equipo. En un equipo trabajas todos los días con los mismos jugadores y no tienes otra chance que esa. En cambio, en la Selección debes saber elegir leyendo qué rol cumple cada jugador en su equipo de origen. Es así de sencillo. El abanico de posibilidades es mucho más amplio y uno puede elegir viendo qué hace cada jugador en su equipo, y así poder determinar de qué manera va a jugar en tu Selección.

¿Pero qué sucedió?, México venía invicto.

Sí, y venía bien, venía ganando. Ojo, que algunos partidos fueron más flojos que otros como, por ejemplo, el de Jamaica, que le llegó bastante. Sucede que ya no hay equipos chicos, todo se equiparó bastante y hoy los parámetros entre los denominados equipos chicos y grandes cambiaron.

¿Le faltó carácter a México, por la ausencia de un líder?

No, carácter tienen. Es una cuestión mental la que padecen. Si vas perdiendo uno a cero, es clave no perder las líneas. Y si las pierdes y llega el dos a cero, acomodarte para que no se desmadre todo. El equipo debe tener un equilibrio independientemente de un resultado adverso. Es fundamental para poder revertir. No puedes salir a buscar un resultado desesperadamente y eso fue lo que pasó.
¿Con un líder eso sucede?

No, con un líder eso no sucede. Cuando empieza el desorden, esos jugadores importantes son lo que le ponen paños fríos a la cosa. ¿Viste esos momentos en los que un central quiere irse al ataque o que los laterales pierden las líneas? Bueno, un líder dentro del campo de juego lo puede ver y decir la palabra justa para que todo se acomode como corresponde. Lo que es Mascherano para Argentina, eso es un líder.

El Tri tiene jugadores de experiencia. Por ejemplo, Rafa Márquez

Sin duda, Rafa es un referente y debió, con su experiencia, pegar dos gritos de orden. De todas maneras, ahí es donde también debe trabajar psicológicamente un técnico. Cuando un equipo viene ganando y, con logros, es factible que, en algún momento, ese grupo se agrande. En algún momento, sientes que está todo bien y que no hay por qué preocuparse. Si no hay alguien de experiencia que pueda ver eso, es un problema. Quizá si el Tri hacía el primer gol, la que goleaba era la Selección Mexicana. Pero saber jugar contra un marcador adverso no es para cualquiera, hay que ser inteligente. Lo que le pasó a México le puede pasar a muchos equipos. Si sales a buscar el resultado, pero de manera desesperada, puede fallar. En ese aspecto faltó orden adentro de la cancha, el técnico adentro del campo de juego. En cada ataque de Chile se veían los espacios que dejaba México, demasiados.

¿Como entrenador de México te hubiera sucedido algo así?

Es difícil saberlo. México tiene que romper con un mito. No es lo mismo jugar partidos amistosos a enfrentar encuentros en la alta competencia. Los buenos resultados, en el primero, no te garantizan que ante la presión se sigan dando. Puede venir muy bien, pero si hay presión, a veces empieza a flaquear. México viene bien en un Mundial, pasa la primera ronda tranquilo, pero cuando llega el bendito quinto partido, hace agua. Ésas son las presiones que tenemos y que debemos empezar a derribar. Y eso creas o no está en la mente de los jugadores. Es un mito que hay que romper de una buena vez. Cuando rompamos ese bendito quinto partido, ya está, la mente se abre.
Hoy los entrenadores de Selección deben adaptar su equipo al juego de sus futbolistas

Hay que dejar de inventar sistemas, porque los sistemas los hacen los jugadores, no los técnicos. Si la mayoría juega en equipos con el planteamiento 4-3-3 o 4-2-3-1, ¿cómo voy a plantear un 4-4-1-1 de antes? Tienes que ver, cuando convocas, a qué vienen jugando. Si yo elijo un 4-3-3 para jugar, seguramente deberé buscar jugadores que en el año practiquen ese planteo. Es así de sencillo.

Si los sistemas los hacen los jugadores y no los entrenadores, ¿por qué se te adosa la bendita línea de tres o de cinco en defensa?

Yo adapto mi juego a los jugadores que tengo. Una línea de cinco, por ejemplo, me permite que la línea de tres, trabajando bien y sabiendo que, en general, me enfrentan con dos puntas, se mueva sin cerrar los laterales. Pero ahora te hablan del sistema caduco del 4-3-3, que se usaba en el Mundial de España, en 1982. En México 86, no había un solo equipo que jugara con el 4-3-3. Y Guardiola vuelve a usar el 4-3-3 con la ¿revolución? Ya en mi época se jugaba así. Pep lo tomó y lo reubicó. Adaptó a los jugadores del Barcelona. Ya Johan Cruyff lo venía usando. La calidad de los jugadores hacen al sistema.
Claramente no sucedió esto en el equipo de Osorio.

No. Pero ojo, porque venía jugando bien. En el partido anterior, jugó lindo. México tiene jugadores con características que escasean, que son los extremos con la velocidad y la técnica que tienen. Los que juegan por las bandas con desequilibrio: Aquino, Corona, Lozano arman un sistema agresivo, ofensivo. No hay jugadores así en Argentina, por ejemplo. Martino daría lo que fuera por jugadores como ésos para abrir la cancha porque no los tiene y México sí.

Claro, por eso tanta expectativa y desilusión

Sí, un resultado así es volver a cero. Un resultado así es un cachetazo. Son resultados que te obligan a presentar la renuncia. Más que nada porque encima se da en una Copa América. Es muy duro. Después está en los dirigentes que la acepten o no, pero ante la opinión pública deben ver la disposición con la renuncia sobre la mesa.

¿Hubieras renunciado?

Sí. Estos resultados catastróficos te llevan a eso. Había tanta expectativa en un resultado. Cuando no logras ciertos objetivos no te queda otra que presentar la renuncia. Debes presentarla porque esto es un fracaso.