América estrelló sus intenciones de un sexto triunfo consecutivo en el Estadio Víctor Manuel Reyna y el poste impidió la victoria contra Jaguares en tres opciones claras de gol. La pólvora se le secó a ambos equipos y el empate sin anotaciones dejó insatisfechos a todos.

Bajo las riendas de la intensidad y el dinamismo comenzó el encuentro. Las especulaciones se quedaron en el vestidor y ambos cuadros buscaron el arco contrario; la balanza paulatinamente fue a favor de los visitantes y Paul Aguilar estuvo cerca de la anotación con un disparo que se estrelló en el horizontal.

El argentino Emiliano Armenteros demostró que el local también tenía hambre de triunfo y tuvo la primera posibilidad de peligro para su conjunto al perfilarse solo frente al arco; sin embargo, su disparo no presumió de contundencia y se fue a un costado de la cabaña azulcrema.

En una jugada posterior, Edgar Dueñas también acarició la ventaja con un derechazo potente que obligó a Moisés Muñoz a la estirada, frustrando las aspiraciones del oponente. El trámite del encuentro era entretenido y el aroma a gol era persistente.

Nuevamente el poste privó el deseo de un festejo azulcrema en la noche. Osvaldo Martínez sacó un tiro con la parte externa al aprovechar un rebote y caprichosamente el esférico estremeció el horizontal defendido por Óscar Jiménez, quien agradeció la fortuna.

El grito de “portero, portero” se escuchó en las gradas para Moisés Muñoz cuando el primer tiempo agonizaba. Y no fue para menos. El arquero azulcrema tuvo un par de atajadas providenciales que mantuvieron su cabaña intacta y los deseos de triunfo de su escuadra.

La parte complementaria también comenzó con las mismas emociones del primer capítulo. Oribe Peralta perforó el arco enemigo con un cabezazo certero, pero para su mala fortuna fue pillado en fuera de lugar y la ilusión se vio desvanecida.

Las Águilas dominaron en definitiva el trámite de las acciones en busca de la sexta victoria consecutiva y el cuadro de Sergio Bueno apostó al contragolpe. En un pasaje que se volvió trillado, el palo volvió a ser enemigo del visitante después de un cabezazo en tiro de esquina de Pablo Aguilar.

En un contraataque y acción polémica, Arizala reclamó un penalti por jalón de Goltz que no concedió el silbante Roberto García Orozco.

Con un ritmo entrecortado y muchas faltas, el partido se hizo viejo, ya no hubo movimientos en la pizarra y las celebraciones de gol quedaron para otro día con un empate que supo a poco a los dos equipos.