Conoce a profundidad ese intangible, pero respetado código que rige la conducta pública de los directores técnicos. Es por eso que a Miguel Herrera no le sorprende que Juan Antonio Torres Servín otorgue a los Pumas la etiqueta de “favoritos” para el juego de pasado mañana… Aunque lo considera simple discurso.

Una de las principales reglas de ese código estipula no sentirse ganador antes de escuchar el silbatazo final, mas El Piojo sabe que el presente americanista es dulce; el de los auriazules, agrio.

“[La declaración del rival estratégico] me suena a que, obviamente, el director técnico tiene que levantar a su gente, hacerlos fuertes”, comparte el timonel de las Águilas. “No creo que sea descabellado que lo diga, es lo normal, aunque después seguramente se fue a los números, todas las estadísticas, y se da cuenta que no es la realidad, pero es parte de levantar a su equipo, porque tampoco esa realidad te da el triunfo seguro”.

“Van a jugar con todo. La diferencia de puntos, de cómo se está jugando, que hayamos ganado los últimos partidos, no significa algo, porque el lunes va a ser una historia distinta”.

En la que triunfar es el único verbo permitido para el campeón, sobre todo por lo mucho que suele representar para su pueblo medirse con los felinos, esos a los que ha dominado desde que él llegó al club.

Los amarillos suman cinco victorias sobre los universitarios, todas con Herrera como entrenador. El más reciente éxito de los Pumas data del 1 de octubre de 2011 (1-0), con Alfredo Tena en el banquillo.

Choque de antagonistas naturales. Rivalidad acentuada por el momento que viven ambos.

Una victoria azulcrema luce como el escenario más lógico, por lo que imponerse podría ser la inyección anímica que Torres Servín y sus hombres necesitan para despertar y luchar por un sitio en la Liguilla.

“No pensamos en levantar a alguien; al contrario, en ganarle”, aclara el carismático director técnico. “Con el respeto que le hemos dado a todos los rivales, pero la actitud y determinación de salir a ganar”.

“Así como ellos siempre están diciendo que se van a matar, los nuestros también. Saben que es un clásico de orgullo y afortunadamente hemos tenido intacto el de nuestra gente por mucho rato y queremos que siga así, que salgan contentos y nosotros con tres puntos más”.

Sin importar las vicisitudes enfrentadas. La modificación a lunes le impedirá contar con el colombiano Aquivaldo Mosquera y el ecuatoriano Narciso Mina, llamados a sus respectivas selecciones nacionales.

Optó por no llevarlos a Costa Rica, donde anteayer perdió con el Alajuelense (0-1). De haber sabido que no jugaría el domingo, habría echado mano de los dos.

“Nos vimos perjudicados por eso. Si esta situación se da el lunes o martes, ese mismo día hubiera tomado la determinación de viajar con la gente que dejé aquí, jugar con ellos y a lo mejor descansar a otros para el partido del lunes, pero se dio hasta el miércoles a media tarde”, lamenta. “Es difícil hacer volar a una gente y regresar a otra…”.

Eso sí, aplaude que el choque no se haya vuelto a reprogramar, tras el anuncio de que el Informe Presidencial será el lunes por la mañana, ya que “hubiera sonado a cachondeo…”.