De poco le sirve a México mirar por el retrovisor cuando enfrente tiene un camino que todavía lo puede dirigir a Brasil. El Tri se preparó en las últimas tres semanas para llegar a este día y no fallar más. El conductor del auto mexicano cambió y Víctor Manuel Vucetich es el encargado de retomar la ruta en este Hexagonal para cumplir la encomienda y llegar al Mundial.

El rival será una selección de Panamá cargada de ilusión y de confianza en que puede rescatar aunque sea un punto del Azteca. La motivación de los centroamericanos pasa por lo que han logrado los cuatro combinados anteriores que han pisado el mítico feudo en este año y que no se han llevado una derrota como presupuestaban al inicio del Hexagonal Final.

Si a eso se le agrega los dos triunfos que consiguió el conjunto de Julio Dely Valdés sobre el Tri el pasado mes de julio en la Copa Oro, su motivación se eleva exponencialmente para sumar en el Azteca y dar un paso a Brasil, lo que significaría su primer Mundial en la historia.

Pero México quiere despertar a como dé lugar. El mensaje desde la directiva, el cuerpo técnico y hasta los futbolistas es que no hay mañana y hoy es cuando deben encontrar el futbol que no lograron hacer en todo este año y por ende las victorias que se les han escapado cuando han jugado como locales.

El Tri ve este encuentro como una Final sin una corona de por medio. Sí está, sin embargo, un pase al Mundial en juego y ni jugadores ni dirigentes se plantean la posibilidad de no asistir a Brasil el próximo año.

Los escenarios para ese objetivo, no obstante, son diversos y posibles a estas alturas de las eliminatorias: el más deseado por la Selección es ganar sus dos partidos en puerta y esperar a que Honduras pierda al menos tres puntos en su par de cotejos correspondientes, con lo que el Tri pasaría de manera directa y los catrachos irían al repechaje; la segunda opción es igualmente salir victoriosos y en caso de que Honduras consiga su pase directo, enfrentar el repechaje contra Nueva Zelanda el próximo mes de noviembre.

En caso de que México deje más puntos en el camino, lo que le vale es no ser superado ni por puntos ni por diferencia de goles con Panamá, con lo que todavía estaría latente la posibilidad de jugar la repesca contra el representante de Oceanía. De otro modo, el camino se haría imposible y el Tri tendría que ver el Mundial desde casa.

El día decisivo llegó para México y su deseo es despertar en el Azteca, creerse sus posibilidades y vencer a Panamá para después viajar a Costa Rica y mantener vivas las esperanzas del Mundial. En 90 minutos el Tri se juega sus fichas.