SAN ANTONIO.— El querer brillar con luz propia. El anhelo de que la gente lo asocie primero con sus logros y luego con los de su padre. Esa es la ambición de Julio César Chávez en el mundo del boxeo. Una situación que podría empezar a darse si vence a Marco Antonio Veneno Rubio, el primer gran coloso de su carrera.

El Hijo de la Leyenda aceptó este combate por el interés de salir de la sombra de su padre. Un crepúsculo del tamaño que representa ser el descendiente del mejor boxeador que haya dado el pugilismo mexicano. Ante El Veneno Rubio, Chávez tiene a un adversario que ha noqueado nueve de sus últimos 10 combates. Un rival que asegura haber realizado su mejor preparación. El clasificado uno entre los medios por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Además, uno de los que más ha criticado la carrera de Chávez.

“No me afectan sus palabras porque ‘las palabras se las lleva el viento’. Vamos a subir sólo a pelear. Sus declaraciones me motivan para tomarlo con más seriedad. Es la preparación más fuerte que hayamos hecho, cada día queremos ser mejor”, resalta el campeón absoluto medio del CMB.

La de ayer fue una tarde complicada para Chávez Jr. El reto de la báscula se convirtió en un martirio. Desde el jueves se percataron de que tenía una libra de más y por eso cancelaron una presentación que tendría en un partido de basquetbol de la NBA.

Los minutos pasaban en la ceremonia del pesaje y sólo faltaba el arribo de Chávez Jr. Ahí empezaron las caminatas largas y silenciosas de su promotor Bob Arum, en tanto que Fernando Beltrán, su otro promotor, no paraba de comunicarse por el celular. Después de 26 minutos de retraso, arribo Julio César. Pálido, desgastado. Una propia batalla para bajar la libra de más.

Rubio (53-5-1, 47 KO) registró 159 libras sin mucho esfuerzo. En ese momento comenzó la batalla por dar el peso reglamentario. Antes de subirse a la romana, Julito se despojó de toda su ropa, en medio de una larga manta negra para cubrir su cuerpo hasta la cintura. Chávez Jr. (44-0-1, 31 KO) paró la aguja en 159.5 libras. Respiro profundo y alivio entre sus promotores.

“Dio mucho trabajo bajar la libra extra. Pero logramos dar el peso y ahora estamos listos para la pelea. La condición física se recupera”.

Ayer, durante la ceremonia de pesaje, le tocó cargar el cinturón a Saúl Román, un peleador superwelter que fungió como sparring de Julio. Alguien que conoce muy bien a Marco Antonio de tiempo atrás. Por eso, en un análisis que le solicitó este diario, destacó la técnica depurada de Chávez como su mejor arma.

“Las virtudes de Julio que podrá utilizar contra Rubio serán su forma de presionar, moverse y su fortaleza. Estos son los mejores puntos que puedo mencionar de Chávez Jr. Va a ser un “tiro” muy interesante”, advierte Román.