Con brillo en los ojos y una sonrisa de niño se enfundó por primera vez en la playera del América. “Es el reto de mi vida”, confiesa con firmeza Christian Bermúdez, quien asume que a partir de ahora los reflectores van a estar sobre su figura.

El nuevo atuendo le causa emoción, pues su ídolo de la infancia y actual es un emblema de las Águilas.

“Cuauhtémoc Blanco siempre fue y es mi ídolo; es un hombre que sigue activo y que siempre voy a admirar porque es un jugador muy inteligente, que pone pases precisos, que mete muchos goles. Sin duda, siempre que me pregunten, diré que es mi ídolo del futbol mexicano”, platica el Hobbit en exclusiva con un medio nacional, mientras se anima a realizar la ‘Temoseñal’, festejo característico de Blanco.

“Todos conocemos la trayectoria de Cuauhtémoc, que es un crack, un excelente jugador que siempre tendremos presente por su historia; ahora yo quiero hacer la mía, y si algo me enseñaron es a aspirar a lo grande y quiero convertirme aquí (en el América) en un ídolo y tener un proceso largo en Selección; son parte de mis retos, pero hay que cumplirlos poco a poco”.

Incluso, el nativo de Ecatepec encuentra cierto paralelismo entre su historia y la de Cuahtémoc, ambos, ‘cracks de barrio’.

“Pudiera ser que sí tengamos algo similar, pero voy paso a paso, escalando obstáculos y el tiempo lo dirá (si logra una trayectoria como la de Cuau).

“De chico siempre fui así, siempre me invitaron al barrio a jugar y siempre me identifico mucho cuando me dicen jugador de barrio, porque así crecí y fui forjando mi sueño de ser profesional”.

A sus 24 años, el Hobbit es padre de dos niños: Fátima, de cuatro años, y Diego, quien nació en 2011. Se define como un tipo sencillo que difícilmente perderá el piso, pese a llegar a un club como el América.

“Yo sé la persona que soy, que siempre ha venido de abajo, que soy una persona humilde y si me llegara a marear, mis papás inmediatamente me bajan. Tengo muy claro de dónde vengo y hacia dónde voy; siempre mis papás me han dicho que sea agradecido, que siempre dé autógrafos, fotos, y si hacemos una encuesta creo que dirán que soy una buena persona, porque me inculcaron mucha educación y respeto, y no voy a cambiar, siempre seré la misma persona”.

Mientras realiza la sesión fotográfica, Christian se da tiempo de mostrar destellos de su calidad y técnica individual al realizar malabares con el esférico, el cual reposa con gusto en su pierna derecha, para posteriormente llegar a la cabeza.

Al ser cuestionado sobre las dudas que genera su contratación con las Águilas, responde tranquilo y pide tiempo para demostrar que su talento le dará para brillar en el club.

“Sé perfectamente a qué equipo vengo, que es de mucha, pero mucha importancia y por eso son las críticas tanto buenas como malas, pero es parte de esta carrera y hay que disfrutar el momento, pero con mucho profesionalismo y responsabilidad, y siempre habrá de todo, lo importante es que estoy muy concentrado en lo que quiero, que es triunfar en América.

“En este momento es el reto más importante por todo lo que genera el América, por las críticas, la presión y conseguir resultados positivos. Es un bonito reto, el más importante de mi vida, y lo voy a disfrutar y a sacar adelante”.

Con la promesa de que la afición verá a un América diferente, Hobbit concluyó su plática. Las glorias de Cuauhtémoc, su ídolo, a quien por cierto no conoce, lo inspiran; su futbol tendrá que avalarlo.