Cada torneo que empieza en el futbol mexicano es la misma obligación y exigencia para Cruz Azul: ser campeón.

Esta temporada tiene un ingrediente especial para La Máquina. En diciembre cumplirán 15 años de su último título, algo vergonzoso para un club con su grandeza.

La directiva encabezada por Guillermo Álvarez y la dirección deportiva por Alberto Quintano, decidieron cambiar el rumbo y no renovar a Enrique Meza como entrenador y en su lugar contratar a Guillermo Vázquez, un joven estratega que ganó un título con los Pumas.

En jugadores, la directiva celeste ha decidido darle continuidad al plantel pero no renovó a su máximo goleador en los últimos seis torneos, Emanuel Villa, y en su lugar, fichó al también argentino Mariano Pavone. Un apuesta arriesgada si se considera que Tito era efectivo en cada torneo.

Los refuerzos Edixon Perea y Waldo Ponce no seguirán en el club y en su lugar fueron contrtatados Amaranto Perea y Pablo Barrera.

Cruz Azul tiene una base de jugadores que ha aprendido con el error: desde el portero hasta el delantero hay futbolistas experimentados. Algunos ya saben lo que es ganar. Otros sueñan con ser campeón. Pero todos han formado un equipo hambriento de títulos.

El torneo regular no es un problema para los celestes. Los problemas aparecen en las liguillas donde es a ganar o quedar eliminado. Cruz Azul no sabe jugarlas y las ha pagado caro con cada eliminación.

Los fanáticos celestes esperan, sueñan, anhelan un campeonato. En los pies de los jugadores está el ganarlo.