La semana de preparación terminó, el rival ha sido examinado, la estrategia está entendida y el reconocimiento de campo también está completado. Llegó el momento de portar la indumentaria, pintarse los colores en el rostro y salir por la victoria. México sabe que no tiene mañana y ante Honduras quieren continuar con su camino, ése que llega a Brasil 2014.

Los jugadores se preparan para su batalla deportiva, la que en cada partido define al mejor y este viernes, en el Azteca, buscan reivindicación con su afición, un acercamiento con su futbol y de paso tres puntos que sirvan para estar más cerca del Mundial.

Diego Reyes, Giovani dos Santos y hasta Javier Hernández, entre otros tantos, se han preparado para saltar al campo e imponer sus condiciones. Todos ellos, bajo el mando de José Manuel de la Torre solamente aguardan el momento de escuchar el silbatazo inicial y pelear por la victoria, misma que se les ha escapado ya en tres ocasiones en este Hexagonal Final de cara al Mundial.

El comandante De la Torre sabe de la importancia de este encuentro y así como desea ver a la afición mexicana volcada con su representativo, recuerda que el equipo está bastante comprometido con sus objetivos.

“La afición sabe que se tiene una buena Selección. Estamos en deuda, pero el equipo está comprometido”, destacó a unas horas del partido.

Pero enfrente, antes de pensar en el triunfo, estará un conjunto catracho que también viene a escribir su propia historia. Honduras persigue su primer punto en territorio mexicano en eliminatorias mundialistas y lo buscará a toda costa. En el pasado quieren dejar aquellas presentaciones en las que no podían evitar las goleadas o regresar a casa cabizbajos y con las manos vacías.

Emilio Izaguirre, Carlo Costly y compañía se han preparado para llegar al Azteca y demostrar que pueden superar al Tri ante su propia gente y en su mítico campo. Su encomienda es salir con el mismo éxito que Jamaica, Estados Unidos y Costa Rica han conseguido este año.

Los minutos corren y los segundos vuelan para que el Azteca reciba a sus 100 mil almas a la espera de ver a sus guerreros aztecas en busca de los tres puntos.

El triunfo es lo único que vale para el equipo mexicano antes de viajar a Estados Unidos y volver a pintarse los colores nacionales en el rostro, cantar el himno nacional, estirar las piernas, tomar posición y emprender su camino hacia la victoria.