Después del gol, Chivas se adueñó totalmente del esférico y, aunque avanzaba hasta tres cuartos de cancha, a la hora de la definición todos los atacantes lucieron nublados, nerviosos frente al marco defendido por Moisés Muñoz y hasta las más claras para anotar se convirtieron en las más complicadas, para terminar en sendos errores que tanto Almeyda como la afición del Rebaño no terminaban de entender.

A Puebla no le molestó no tener el esférico, porque si a los dos minutos se puso adelante en el marcador, antes del silbatazo de medio tiempo encontró su segunda anotación, gracias a un contragolpe en el que Alejandro Chumacero, aprovechando que Hedgardo Marín se quedó colgado y Rodolfo Cota salió a destiempo, conectó un disparo que pegó justo en la horquilla. Ya con el guardameta vencido, apareció el canadiense Lucas Cavallini para rematar a placer y marcar el 2-0.