El Guadalajara se encuentra en el ojo del huracán. Las Chivas incumplieron en el ejercicio fiscal del 2009 y son auditadas por la Secretaria de Hacienda y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como parte del programa anticorrupción en auditorias fiscales.

El tema fue revelado por el diputado federal del Partido del Trabajo, Mario Alberto Di Costanzo, integrante de la Comisión de Hacienda y Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.

La plantilla que Chivas mantuvo en 2009, desde jugadores, cuerpo técnico y directivos, son los principales afectados, pues el Rebaño incumplió con el pago de los impuestos de sus empleados, situación que se encontraba estipulada en los contratos firmados en la razón social Chivas de Corazón S.A. de C.V.

Los problemas se agravan para el equipo, ya que tres meses más tarde, los jugadores firmaron nuevos contratos bajo la firma de una outsourcing, situación que el SAT revisará a fondo. Las primeras reacciones por parte de la autoridad ya se realizaron, mediante requerimientos y congelación de cuentas que podrían terminar en incautación de bienes materiales de los futbolistas, y en casos extremos, incluso la cárcel.

“Hoy Chivas se encuentra metido en un grave problema fiscal, pues al revisar sus cuentas del 2009 se encontraron irregularidades importantes que por ahora están afectando a algunos jugadores y se investiga el grado de responsabilidad de la empresa. Estamos decididos ir a fondo”, sentenció el diputado federal, quien reconoció que el verdadero problema lo están viviendo los futbolistas, cuerpo técnico o directivos de la época, pues a nivel fiscal ellos son los evasores; sin embargo, su contrato será su arma para demostrar que el club tenía la obligación de cumplir con Hacienda y bajo esa premisa las irregularidades por parte de la empresa o patrón también podrían alcanzar penas judiciales.

Incluso, algunos jugadores y miembros de aquel equipo han tenido que responder a notificaciones que en algunos casos han desencadenado en el congelamiento de sus cuentas bancarias, problema que el club prometió resolver, y a cambio les pidió no hacer pública esta situación.

“Si Omnilife no entera lo que retiene al jugador, ése es un delito fiscal altamente penado, si el jugador recibe un sueldo de Omnilife, otro de un outsourcing, otro directamente del equipo, por decir algo, en sus declaraciones fiscales es lo que afecta su contabilidad como depósitos en exceso; todo eso lo hace caer en una ambigüedad fiscal que puede llegar a ser considerada incluso como delito fiscal, pero afecta al futbolista; quienes la llevan de perder son ellos, los jugadores.

“No solamente les cancelan, les embargan o les congelan la cuenta (a los futbolistas), cuando hay una cancelación de cuenta significa que ya hay una auditoría y hay una orden de Hacienda para que paguen, en donde ya tienen comprobado que sí se deben impuestos que se tienen que pagar, y lo que se va a fincar son créditos fiscales.

“Lo que va a pasar aquí, y yo temo un conflicto más adelante en el que el equipo se lave las manos, es que el jugador es el que tiene que cargar con el crédito fiscal y es donde van a empezar los problemas”, comentó Di Costanzo en entrevista, concedida ayer.