La tarde de ayer, fue una de esas en las que a Guadalajara todo le salió bien. Chivas tuvo un partido redondo, un reencuentro y la victoria en el Clásico Tapatío, hundiendo aún más al cuadro dirigido por Tomás Boy, que en la lucha porcentual observa cómo se le acerca peligrosamente el equipo de Gallos Blancos.

En la víspera del día de muertos, Chivas hunde aún más a su gran rival de la ciudad, resucitando al mismo tiempo de ese letargo futbolístico en que cayó después de la derrota ante Atlante, pero sobre todo, tras la eliminación en la Liga de Campeones de la CONCACAF.

Chivas se ganó a pulso, la posibilidad de seguir aspirando y de trascender en este torneo. Con el triunfo de hoy, Guadalajara se metió en la octava posición de la tabla general, y mantiene vigentes sus posibilidades de acudir a la Liguilla, aunque sea como último de los ocho que pueden avanzar.

Chivas tuvo mayor número de argumentos. Mandó por completo en el partido, dominó a su rival y desde muy temprano lo maniató. El equipo de John van’t Schip tuvo argumentos al por mayor para quedarse con el triunfo, sobre un Atlas que nunca se dio cuenta en donde estuvo parado.

La primera mitad fue total y absolutamente del cuadro local. Chivas dominó por completo el encuentro. Chivas tuvo la pelota, sus jugadores se comportaron a la altura de un encuentro de esta magnitud, y supieron dar los golpes en el momento preciso.

A pesar de que Atlas comenzó respondón, pues en los primeros minutos tuvo la pelota, e intentó proponer, Chivas se fue al frente en el marcador desde muy temprano, gracias a su referente ofensivo, el cual reapareció para establecer sus condiciones en el terreno de juego.

Al minuto 10′, Rafael Márquez Lugo convirtió su sexto gol, reiterando su condición de ser el mejor delantero mexicano en la tabla de goleo. Jesús Sánchez metió un centro preciso por el corredor derecho al corazón del área, Márquez Lugo remató de cabeza y Alejandro Gallardo no llegó a la pelota, poniendo adelante a Chivas en el marcador, y reiterando la jerarquía del atacante.

Atlas estuvo perdido en el primer lapso. Sus jugadores de ofensiva no aparecieron en el encuentro, Guadalajara les robó el esférico y los “anestesió” por completo, asumiendo Chivas el dominio del compromiso ante un cuadro rojinegro displiscente y sin capacidad de reaccionar ante el golpazo que Chivas le atestó en los primeros minutos del encuentro.

Los contrastes en los líderes de los dos equipos era evidente: John van’t Schip observó con cierta tranquilidad el trámite de la primera mitad, mientras que, en un palco del Omnilife, Tomás Boy se desgañitaba a través de un radiocomunicador, dando instrucciones para hacer reaccionar a la distancia a un equipo sin alma ni corazón.

Al minuto 39′, Chivas dio un golpe que parecía aniquilar a un somnoliento equipo rojinegro. Marco Fabián tomó un rebote en tres cuartos de cancha, controló y le pegó para marcar un auténtico golazo, pues a pesar de la estirada del guardameta Alejandro Gallardo, nunca pudo alcanzar el esférico.

La muestra del potencial ofensivo de Atlas en la primera mitad, se resume con revisar que la primera llegada de peligro real sobre el arco rojiblanco, se gestó hasta el minuto 42′, cuando el delantero Jahir Barraza tuvo un mano a mano entrando al área por derecha, intentó tocar sobre la salida de Luis Michel pero estrelló la pelota en el cuerpo del guardameta.

En la parte complementaria, Atlas tuvo un tímido intento de reacción, en los primeros quince minutos de la parte complementaria, pero de esos esbozos no pasó.

Chivas pudo ampliar el marcador, cuando al minuto 60′, tras una triangulación entre Luis Ernesto Pérez y Rafael Márquez Lugo, el delantero fue quien controló con el muslo y le pegó apenas por encima del arco rojinegro.

Como si algo le hiciera falta al equipo de Tomás Boy para seguir hundiéndose, al minuto 69′, el defensa rojinegro Hugo Isaac Rodríguez dejó con diez elementos a su equipo, luego de ganarse la segunda tarjeta amarilla por una patada sobre el pecho a Omar Arellano.

Chivas controló en todos los aspectos a su rival. Revivió a raíz de la visita de Johan Cruyff durante la presente semana, y hundió a su rival eterno de la ciudad. De paso, sigue aspirando a clasificar, en lo que significó su primera victoria ante Atlas en un Clásico jugando como local en el Omnilife, y la primera vez nunca se olvida.