La gloria no llegó al Estadio Azteca. Las Águilas no pudieron con el humilde Querétaro al empatar a cero goles, situación que los condenó a sumar su sexto partido en casa sin poder ganar, poniendo en peligro así su boleto a la Liguilla.

El primer capítulo se escribió como una secuela de los últimos cinco partidos del América en el Azteca. El manto de la mediocridad los envolvió de nueva cuenta, al no encontrar las variantes para abrir a un Querétaro que se defendió a capa y espada. Las diferencias económicas entre un equipo y otro sólo estaban en el papel, porque los Gallos salieron respondones.

Aún así, el futbol fue benévolo con las Águilas y les dio una oportunidad clara de gol al arranque del partido, pero Raúl Jiménez desaprovechó: al 4′, Sambueza mandó un servicio que dejó mano a mano a Jiménez ante el meta rival, pero éste echó su remate por encima del arco, dejando a los aficionados con el grito de gloria atorado en sus gargantas.

Los queretanos conscientes de sus limitaciones, se asentaron en la cancha y tomaron la solidez defensiva como su máxima premisa, mientras que con tiros de larga distancia buscaban incomodar al rival, como sucedió con los disparos de William da Silva y Mario Osuna, que terminaron con fuertes sustos para Moisés Muñoz.

La obligación de conseguir la victoria en casa para amarrar el boleto a la Liguilla, hizo que Antonio Mohamed sacudiera su banquillo y mandara a la cancha a Luis Ángel Mendoza para el segundo tiempo. No había más que matar o morir.

Los Gallos Blancos aceptaron el reto de pelear sin complejos, soltaron las amarras y las llegadas en cada marco se convirtieron en una constante. La más peligrosa para los americanistas, un potente derechazo de Layún que arrebató suspiros, al quedarse a nada de colarse en el ángulo.

Los queretanos tuvieron las suyas, aunque Muñoz respondió cuando fue exigido en un mano a mano ante William dos Santos, aunado a que la suerte estuvo de su lado cuando un balón que lo había techado y se impactó en el larguero.

La pelota se encaprichó en no entrar en ninguno de los dos arcos, pues los arqueros se ataviaron de héroes y los delanteros pecaron con sus fallas. El resultado fue un empate que puso en predicamento el boleto del América a la Liguilla al llegar a 24 puntos, mientras que los queretanos sumaron 21, por lo que ambos clubes lucharán en la última jornada por ese lugar en la Fiesta Grande.