La renovación no llegó al Azteca, quizás sólo por chispazos. La historia fue la misma de siempre con un América que recordó sus fantasmas, con un trabajo arbitral que se volvió a pintar de amarillo y con un Toluca que jamás se intimidó en el Azteca.

 Lo único nuevo en la historia reciente del América fue que Vicente Matías Vuoso volvió a marcar un gol, pero la racha sin ganar en el Azteca aumenta desde aquella última victoria ante Atlas del torneo anterior, ya suma seis duelos.
La mano del “Piojo” es evidente. El tridente ofensivo que ha formado con el “Rolfi” Montenegro, el “Hobbit” Bermúdez y Christian Benítez aportó la velocidad y calidad, pero sin la contundencia suficiente para responder a la afición que volvió vestir el Azteca como en los viejos tiempos.
El que sí respondió con una pifia del tamaño del estadio fue Erim Ramírez. Cuando el partido agonizaba, un balón filtrado del “Rolfi” Montengro que pegó en el hombro de Novaretti fue suficiente motivo para pitar un penal a todas luces inexistente.
Vuoso fue el encargado de redondear el regalo arbitral al cobrar la pena máxima, engañando a Talavera y rescatando un punto para un América que lució un buen futbol pero sin eficacia.
En un partido en el que América dominó por la complicidad del visitante, el “Hobbit” demostró el por qué de su llegada a la escuadra azulcrema cuando en los primeros minutos puso al servicio de la ofensiva un pase filtrado que incluyó túnel sobre Aureliano Torres para que Aguilar sacara el centro que Molina remató de manera incómoda y a la tribuna.
Era el primer aviso, tanto del vértigo que caracterizaría a la delantera americanista como de la falta de contundencia.
Minutos más tarde la estafeta cambió de mano. Apareció el “Chucho” Benítez fuera del área para quitarse a Novaretti y ceder a Daniel Montenegro, quien optó por poner el balón pegado al poste pero sin la dirección suficiente por lo que se fue desviado.
Hasta ese momento, del Toluca poco y nada que contar, más allá de las preocupaciones que pasó su defensa y la calma que encontró ante la impotencia azulcrema por mandar el balón al fondo del arco.
Todavía en la recta final, Benítez abanicando un balón y “Rolfi” reventando el poste tras el cobro de una falta, aumentaban las expectativas del “nuevo” América, aunque sin concretarlas.
Para el segundo tiempo la tónica fue la misma. Sí, el espectáculo parecía regresar pero la efectividad se rehusó a hacerlo hasta que se aparecía el diablo.
A los 56′ bastó un centro común y la astucia de un goleador nato para calmar las ansías azulcremas. Antonio Ríos se tiró a la banda derecha para sacar un centro al corazón del área y que Alonso anticipara a Juan Carlos Valenzuela para apenas desviar el balón y hacer inútil el lance de Muñoz. Se aparecía el diablo en el Azteca.
Rápidamente América respondió. Un tiro del “Kevin” Rojas que amenazó el ángulo de Talavera y un cambio en el esquema por parte del “Piojo” mandando a Vuoso a la cancha fueron las tímidas respuestas para un partido que no cambió.
Por el contrario, la escuadra escarlata develó sus intenciones. El dominio Águila en parte era compartido por un Toluca que siempre se sintió cómodo defendiendo y regalando la pelota y con la ventaja era más claro hasta que el regalo llegó y terminó por dejar todo en empate.