Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Considerado en selecta lista de jugadores que lograron popularizar en esta capital el tenis, inspiración y espejo de ahora referentes, Armando Robles Charles, fallecido en el 2015, será recordado durante homenaje organizado por el Club La Quinta Ana María AC.

Las acciones tendrán verificativo en categorías A, B, Juvenil y Libre, tanto en sencillos como en dobles, ramas femenil y varonil.

Respetado y muy querido, el arquitecto Robles en su juventud ejerció el alpinismo y la aviación, fue hasta 1960, a la edad de 44 años, que su esposa, a quien cariñosamente se le conoce como “Nechita”, le compró una raqueta, se la puso en la mano y lo convenció de empezar a jugar el tenis en las canchas del estadio.

Justamente, en la Unidad Deportiva “Adolfo Ruiz Cortines” la pareja Robles conoció a don Nacho Saldaña quien a la postre se convertiría en su maestro, dictando cátedra todos los días a las siete de la mañana, hiciera mucho frío o mucho calor.

Por ese entonces, la estimada “Nena” Cárdenas, los invitó a pertenecer al Club de “Las Canchas del 18” y, desde ese momento, practicó incesantemente el tenis hasta la edad de 78 años, debido a que la falta de vista ya no se lo permitió.

En el Club Estadio, hicieron verdaderas amistades, compartiendo el rectángulo de arcilla con don Arrigo Aznar y doña Esthercita, “Meche” Alvarado, la misma “Nena” Cárdenas, don Felipe Núñez, Lupita Balandrano, Carmelita Pérez, Elías Rodríguez y otras glorias de elegante disciplina.

Como detalle simpático se recuerda que siempre que llegaba al club “Toño” Pedraza decía: “Ando en busca de un pichón” y el “Arqui Robles” respondía al tiempo que realizaba ejercicios de calistenia: ”Aquí hay uno”.

Jugaba dobles con “Nechita” como pareja y comentan quienes tuvieron el privilegio de estar presentes, que don Armando lanzaba como grito de guerra: “Más vale que ganemos o esta noche no habrá cena”.

Cultivó gran afecto con el doctor Egidio Torre López, perseverante promotor deportivo, realizando varios proyectos juntos, como el famoso Torneo de los Fundadores del Tenis en La Quinta e igualmente campañas de fomento a los buenos hábitos y el deporte en la juventud.

Méritos más que suficientes para que el arquitecto Robles viva siempre en los corazones de familiares y amigos como un gran hombre que, con su alegría, carácter y ejemplo de vida, dejó una huella imborrable.