Uno pensaría que la revancha de un juego por el título nacional significaría boletos más baratos.

Pero no es así.

El precio para entrar este lunes al Raymond James Stadium de Tampa para el juego entre la Universidad de Alabama y la Universidad de Clemson rebasó los 1,000 dólares el miércoles por la tarde en sitios de reventa en internet.

Un buen lugar en el nivel bajo cuesta eso o más, con la entrada del lado de la banca de Clemson promediando un aumento de 20 a 40 por ciento en relación a uno del lado de Alabama, dependiendo de la ubicación.

En la tarde del miércoles, el precio promedio de un boleto vendido para la Final de este año costaba 978 dólares, duplicando fácilmente el promedio pagado el año pasado entre estos dos equipos ($425).

Ciertamente existe algo de fatiga económica del lado de Alabama, pues el equipo de Nick Saban está en su quinto juego por el título en siete años, pero la falta de aficionados del Crimson Tide se compensa con la demanda del lado de los Tigers de Clemson, que no ha bajado.

Jesse Lawrence, director de Ticket IQ, una buscadora de boletos, dijo que la distancia de ambas universidades a la sede del encuentro en Tampa es un gran factor para la alta demanda de entradas.

“Por primera vez en un buen rato, (aficionados de) ambas escuelas pueden manejar al juego”, señaló Lawrence.

La distancia promedio entre las universidades en Tuscaloosa, Alabama y Clemson, Carolina del Sur, con la sede del juego este año es de 579 millas. El promedio para las cuatro ediciones anteriores superó las mil millas.

El juego por el título más caro fue el de 2011, cuando los precios rozaron los 5,000 dólares y en 2012, cuando Alabama se enfrentó a LSU en New Orleans (el precio promedio en StubHub fue de 1,528 dólares ese año).

Estadísticas de StubHub confirman que los aficionados de Clemson han comprado más boletos y el vocero de la compañía, Glenn Lehrman, dijo que el 27 por ciento de las ventas se registran con direcciones de Carolina del Sur contra sólo 12 por ciento de Alabama.

Lo que aún está por versees cómo el influjo de entradas que se venderán a abonados de ambas escuelas las próximas 24 horas afectará al mercado. Una cosa es segura: nada hará que los boletos para este juego sean baratos.