Pese que el técnico Alex Ferguson había ‘presumido’ en días pasados el tener una de las ofensivas más poderosas en Europa tras la llegada del holandés Robin van Persie, el Manchester United volvió a mostrar la misma carencia colectiva que en la temporada pasada y registró su primera derrota de la temporada al caer 1-0 en su visita al Everton, esto en un partido en el que el mexicano Javier Hernández no estuvo considerado ni siquiera para la banca.

Inclusive, pese a que el cuadro comandado por Alex Ferguson saltó a la cancha del Goodison Park con un equipo ofensivo, comandado en el ataque por Wekbeck, Kagawa y Rooney, fue el Everton el que se adueñó desde el comienzo de la pelota, situación que les permitió generar las primeras ocasiones de peligro del partido, sobretodo en los pies de Marouane Fellaini, quien tuvo un mano a mano frente al arquero De Gea que no pudo capitalizar.

Pese a ello, el cuadro de casa, alentado por su afición, no bajó los brazos y siguió presionando a un inoperante Manchester United, equipo que estuvo cerca de recibir el primer gol al minuto 25, cuando Pienaar aprovechó los espacios en la defensa para sacar un potente tiro desde los linderos del área, mismo que fue rechazado de manera espectacular por el guardameta.

Justo antes del descanso, los locales estuvieron nuevamente cerca de abrir el marcador, esta vez por conducto de Osman, quien tras recibir un servicio en el área fusiló a De Gea con un disparo de media vuelta, mismo que el arquero alcanzó a desviar con un milagroso manotazo.

Para la parte complementaria, de nueva cuenta fue el Everton el que mostró mayor ambición de ir al frente; sin embargo, no fue sino hasta el minuto 57’, y luego de un tiro al poste de Osman, que finalmente los de casa pudieron abrir el marcador, esto por conducto de Fellaini, quien en un tiro de esquina le ganó la posición a la defensa y con un buen remate de cabeza mandó la pelota al fondo.

Ya con la desventaja en el marcador, el técnico Alex Ferguson se vio obligado a mandar un revulsivo a la cancha, hecho por el cual le dio ingreso a Robin Van Persie, situación que en un principio pareció darle resultados ya que el United comenzó a generar peligro en el marco rival; no obstante, con el paso de los minutos, el holandés fue diluyéndose en el partido, cosa que aprovecharon los locales para cerrar los espacios y propinarle al Man-U su primera derrota de la temporada.