Portugal— Sergio Ramos dijo que tenía una cuenta pendiente con la Liga de Campeones. Y, desde luego, la ha saldado con creces.

Dos goles en semifinales y uno decisivo en la final del sábado contra el Atlético de Madrid convirtieron al defensa central en el goleador inesperado del Madrid para levantar su décima Copa de Europa.

Cuando el partido moría en el descuento y el Atlético casi gritaba campeón, Ramos dirigió un certero cabezazo al fondo de la red para empatar 1-1 y llevar el partido a la prórroga, donde el Madrid mató la final por un contundente 4-1.

“Es mi gol más importante”, dijo Ramos, campeón del mundo con la selección española pero que jamás había levantado la Copa de Europa. “Es increíble la satisfacción que le damos a la afición luchando hasta el final”.

“Es inexplicable lo que se siente. Pasa tan rápido que no te enteras. Hemos hecho historia ante un grandísimo rival”, añadió.

Ramos ya fue protagonista en las semifinales contra el Bayern Munich, donde anotó dos goles de cabeza en la contundente victoria del Madrid por 4-0.

El español, que fue padre de un niño hace apenas un mes, llega al Mundial de Brasil en una forma envidiable. Y ha dicho en reiteradas ocasiones que también tiene una cuenta pendiente con Maracaná, donde falló un penal en la final de la Copa Confederaciones, donde España fue vapuleada 3-0 por Brasil el año pasado.

Uno de sus abrazos más sentidos fue con su capitán y compañero de la selección Iker Casillas, muy afectado por su error en el gol que anotó Diego Godín para el Atlético.

“Nos debíamos ese abrazo desde hace años”, dijo Ramos en relación a la sequía del Madrid, cuya última Liga de Campeones se remontaba a 2002.