La historia de José Mourinho en el Real Madrid se mantiene en constante polémica, pues poco a poco han ido circulando diferentes episodios que el lusitano vivió en la casa blanca. Ahora, el diario ‘The Times”, reveló un extracto del libro de ‘Special One’ en el cual se cuenta el incidente en donde el técnico del Chelsea llamó a sus jugadores “traidores, hijos de puta”.

El libro acerca del timonel portugués, ‘The Special One: the dark side of Jose Mourinho’, una traducción del original “Prepárense para perder”, del autor Diego Torres presenta un episodio donde los jugadores del Real Madrid habrían sido encarados por su ex técnico, tras un empate con el Barcelona que los alejaba de la posibilidad de ganar la Liga 2010-2011.

Según refiere el libro, Mourinho le dijo a sus jugadores: “son unos traidores. Les pedí que no dijeran nada sobre la alineación pero me han traicionado. Me demostraron que no están de mi lado. Son unos hijos de puta. El único amigo que tengo en este vestuario es Granero y ni siquiera estoy seguro de que pueda confiar en él nunca más. Son el equipo más traicionero que he tenido en mi vida. Nada más que hijos de puta”.

 

Por otro lado, la misma publicación revela un discurso que Mourinho habría dado a sus jugadores, respecto a los futbolistas del Barcelona, en donde pretendía acabar con la amistad de ambos planteles, luego de haberles ganado la Final de la Copa del Rey 2011.

“Les dijo a los jugadores que no tenían nada en común con el Barça. Él dijo que había vivido en Barcelona durante muchos años y era muy consciente de la cultura local y la educación que los niños catalanes reciben. Explicó que a la gente como Puyol, Busquets, Xavi y Piqué se les había enseñado desde la infancia a distanciarse de los españoles como Casillas, Ramos y Arbeloa. Insistió en que sus jugadores estaban equivocados si pensaban que habían hecho amistad con los jugadores del Barça en sus años con la selección”, se lee en el libro.

El mismo rotativo ‘The Times’, desvela que el técnico lusitano tenía grandes momentos de desconfianza que lo llevaban a buscar micrófonos ocultos en los lugares donde el Madrid se concentraba, a la par de revisar constantemente los registros telefónicos de sus jugadores.