El uruguayo Luis Suárez anotó un gol de cabeza en el último minuto del alargue por Liverpool, para rescatar un empate de 2-2 con Chelsea, luego de al parecer haber mordido a un oponente en el brazo durante la segunda mitad.

En el mas reciente capítulo de su controversial carrera, Suárez concedió un penal con una mano innecesaria y Eden Hazard convirtió para poner a Chelsea adelante a los 57 minutos.

Minutos más tarde, el artillero uruguayo forcejeó con Branislav Ivanovic en el área chica e imágenes de televisión parecieron mostrarle mordiéndole el brazo al zaguero de Chelsea. En el 2010, Suárez fue suspendido por siete partidos en la liga holandesa por morder a un oponente cuando jugaba con el Ajax contra PSV Eindhoven.

El gol de último minuto el domingo y su excelente pase a Dabniel Sturridge para el primer gol de Liverpool no van a eclipsar el incidente con Ivanovic, que deberá merecerle al uruguayo otra larga suspensión.

El prolífico goleador fue suspendido la campaña pasada por ocho partidos por proferir insultos racistas al defensor Patricve Evra durante un encuentro. “Vamos a revisar el incidente y comentaremos después de ello”, dijo el técnico de Liverpool Brendan Rodgers. “Hasta que lo revisemos, no podemos comentar”.

El gol de Suárez le negó a Chelsea el ascenso al tercer lugar de la liga y al técnico Rafa Benítez un triunfo en su regreso a Liverpool, ante un club con el que ganó el título de la Liga de Campeones en el 2005 y llevó a la final del certamen de nuevo en el 2007. Tottenham Hotspur, en tanto, sigue quinto, un punto debajo de Chelsea, luego de venir de abajo para vencer 3-1 en casa a Manchester City.

El resultado significa que el líder Manchester United puede asegurarse el título si vence el lunes a Aston Villa. Manchester City, campeón defensor, iba adelante 1-0 en el White Hart Lane gracias a un gol de Samir Nasri a los cinco minutos, pero fueron sorprendidos por una andanada de tres goles en siete minutos por los Spurs.

Gareth Bale marcó su regreso a la cancha luego de una lesión con un perfecto pase cruzado que Clint Dempsey remató a las rades a los 75 minutos, y selló el triunfo a los 82 elevando el balón sobre la cabeza del arquero y hacia el arco. Jermaine Defoe anoto el otro gol de Tottenham a los 79, con un poderoso zurdazo luego de fintar a un defensor en el borde del área.