Tras 20 años de maravillar al mundo y ofrecer magia sobre las duelas de basquetbol, esta noche ante el Jazz de Utah, Kobe Bryant dirá adiós como profesional para iniciar su camino como una leyenda de este deporte.

Después de que Magic Johnson se despidió de las duelas en la temporada de 1995-1996 con Los Lakers, la incógnita por saber quién tomaría su lugar abrió una gran debate; sin embargo, ‘Black Mamba’ tomó la estafeta y el eslabón perfecto del equipo de Los Angeles.

“Es difícil ubicar a Kobe dentro de los primeros 10 o 15 más grandes de este deporte, porque es complicado ponerle un número a su grandeza. Simplemente es complicado mencionar a los Lakers y no pensar en él”, destacó Enrique Garay, comentarista y analista de basquetbol.

“Kobe está en el equipo ideal sin duda alguna. Tiene un lugar asegurado con Magic, Kareem Abdul-Jabbar y Wilt Chamberlain. Bryant sería el perfecto jugador que trabajaría de ‘tres’ en este equipo de ensueño porque es canastero y disparador”, añadió el especialista.

El mítico ‘24’ ganó cinco títulos de la NBA con los angelinos (2000, 2001, 2002, 2009 y 2010), y guió a la selección de Estados Unidos a conquistar dos oros olímpicos; además, impuso varios récords en la Liga para demostrar su valor en números.

Luego del paso de los años y el desgaste de grandes duelos, las lesiones comenzaron a mermar el juego de Bryant. Por esa razón, en la temporada 2013-2014, el estadounidense sólo jugó seis partidos; desde esa campaña, los Lakers no saben lo que es llegar a Playoffs.

Kobe se irá debido a sus lesiones, ya no está en su mejor temporada como jugador, y arrastra a un equipo que sentenciará la peor temporada en su rica historia, con más de 60 derrotas; sin embargo, el ex seleccionado estadounidense permanecerá en la memoria como un grande.

Será una noche épica para el Mejor Jugador de la NBA en 2008, de dos Finales (2009 y 2010), y quien fue llamado 18 veces al Juego de Estrellas.

Este miércoles el legado de Kobe mostrará por última vez su media vuelta mientras se impulsa hacia atrás, se suspende en el aire y lanza el balón para que firme su trascendencia en la memoria de los aficionados.