Los jugadores de Panamá mostraron toda su molestia con el árbitro, luego de que se marcara un penalti sumamente polémico en favor de México, al 88′.

Al decretarse la marcación del silbante, los jugadores panameños protestaron y se salieron del campo, al sentirse robados por el central.

Las aficionados aventaron sus vasos y objetos hacia la banca de los centroamericanos y algunos jugadores discutieron a distancia con los aficionados. El preparador físico de México, Giber Becerra, se acercó a un comisario de Concacaf pidiéndole una explicación y los rivales se le vinieron encima a tal grado de que se armó una gresca, aunque los técnicos intentaron poner calma.

Finalmente, las cosas se ‘tranquilizaron’ un poco y Andrés Guardado pudo tirar con éxito el penalti. Al final del tiempo, regular varios jugadores de Panamá se acercaron a la tercia arbitral con constantes reclamos y tuvo que rodearlos gente de seguridad del estadio.

Cuando el silbante marcó la segunda pena máxima, los centroamericanos hicieron reverencias y le marcaban una cruz, dando a entender que estaba muerto Mark Geiger.

Al finalizar el duelo, los canaleros corrieron sobre el árbitro para reclamarle airadamente, incluso tuvo que intervenir la seguridad del Georgia Dome.