Los 25.000 aficionados que acudieron a la presentación del galés Gareth Bale como nuevo jugador del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, pidieron al unísono con un cántico a la directiva que no vendan al alemán Mesut Özil, lo que provocó que el presidente Florentino Pérez les mandase callar.

El cántico comenzó a escucharse en los minutos de retraso sobre las 13.00 horas con los que comenzó el acto de bienvenida a Bale en el palco de honor. En esos quince minutos los aficionados corearon el nombre del germano y comenzaron a entonar: “Özil no se vende”.

Cuando Bale se fotografiaba sobre el césped con sus familiares, ya vestido de corto, los seguidores del Real Madrid insistieron con su petición a la directiva y provocaron que Florentino Pérez se girase hacia la grada llevándose el dedo índice a sus labios, realizando un gesto de silencio que repitió en varias ocasiones.